El Consejo de Cuentas de Castilla y León ha publicado un informe de fiscalización de actuaciones en materia medioambiental en los ayuntamientos de más de 10.000 habitantes de la Comunidad en el que Aranda de Duero ha quedado señalada. En documento sentencia que la capital de la Ribera es junto a Santa Marta de Tormes (Salamanca) la única ciudad de Castilla y León que no realiza vigilancia para garantizar el cumplimiento de la normativa de contaminación acústica. Se refiere exactamente a las inspecciones sobre hostelería y ocio nocturno, controlando la instalación de limitadores de sonido.
Los ruidos generados por el ocio nocturno se han traducido en una queja constante de los vecinos de la zona centro de Aranda, que se repite continuamente durante los últimos años. La protesta más reciente de los residentes en el casco histórico de la villa recayó sobre el Sonorama, apoyando el festival pero rechazando su masificación y deriva en "un botellón gigante" que "interfiere abusivamente" en al vida de la ciudad.
Durante estos días, en plenas fiestas patronales, las aglomeraciones de gente hasta altas horas de la noche se repiten inevitablemente y un nuevo comunicado vecinal podría salir a la luz tras los festejos. Para intentar evitarlo, la alcaldesa de Aranda, Raquel González, declaró en una entrevista a Diario de Burgos que con los vecinos de la zona centro y con la asociación de hostelería ya se han reunido para organizar una mesa de trabajo y ver en qué líneas pueden mejorar. "Una de las líneas es el reciclaje, la reutilización de los vasos. O se usa vidrio y se consume dentro de los bares o si se quiere consumir en la calle, tiene que ser en plástico reutilizable porque la mayor parte de la suciedad está constituida por el plástico. Muchas veces hay que ser positivo, cuando una cosa está muy mal y la gente se queja con razón, hay muchas posibilidades de mejorarla. En ese camino vamos a trabajar y vamos a tener una mesa de trabajo que se reunirá terminadas las fiestas", adelantaba la regidora popular.
Según el informe del Consejo de Cuentas de Castilla y León, en la mayoría de ayuntamientos las tareas de vigilancia del ruido en la hostelería y el ocio nocturno se están realizando por personal funcionario, y en cinco, además por personal laboral. En el caso de León también las efectúan personal técnico y docente adscrito a la Universidad de León. Además, las ciudades analizadas han impuesto sanciones por incumplimientos de la Ley del Ruido por una cantidad de 137.669 euros entre enero de 2017 y mayo de 2018 (periodo analizado), a partir de las cuales han recaudado 92.000 euros. El Consistorio que más dinero obtuvo por esta vía fue el de Valladolid, con 53.850 euros, seguido de Salamanca, 13.000 euros, y de León, 9.759 euros.
La contaminación acústica está regulada por una legislación europea, nacional y autonómica. En Castilla y León corresponde a los ayuntamientos la elaboración de las ordenanzas municipales necesarias y del posterior mapa del ruido (que conlleva la elaboración de un plan de acción) para las localidades de más de 20.000 habitantes. Aranda de Duero cumple con todos estos requisitos, aunque la capital ribereña no ha intervenido ni en acciones relativas a los vehículos y maquinaria municipal ni en educación ciudadana.