La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha fallado a favor de la junta vecinal de Quincoces de Yuso y ha declarado «inadmisible» el recurso contencioso administrativo que en su día interpuso la Asociación de Vecinos de la Hidesilla contra la nueva ordenanza fiscal reguladora de la tasa por la prestación del Servicio de Agua de la localidad, que sustituye a la vigente desde 1989. Así pues, la ordenanza aprobada en diciembre de 2020 y que entró en vigor en enero de 2021 regula los precios del agua consumida a partir de esa fecha en 800 viviendas y negocios.

La Asociación de Vecinos de la Hidesilla, enfrascada en una larga reivindicación por la mejora de las calles de su urbanización, también quiso entrar en una batalla legal contra la nueva ordenanza. El colectivo aducía, entre otros argumentos que la junta vecinal carecía de competencia sobre el Servicio del Agua, al no constar que el Ayuntamiento del Valle de Losa se le había delegado, como marca la Ley de Régimen Local de Castilla y León. La pedanía argumentó en contra que ya ostentaba la competencia del agua en 1990 antes de aprobarse la Ley de Régimen Local.

Los recurrentes también afirmó que «el nombramiento de la secretaria de la junta vecinal «no tendría todas las garantías legales y se podría impugnar y resultará nulo», a lo que la defensa de la junta vecinal respondió que «la designación de la secretaria ninguna relación guarda con el recurso». Los vecinos de la Hidesilla atacaban además la ordenanza por el informe económico-financiero que justificaba la nueva tasa del agua y que, a su juicio, carecía de datos suficientes, mientras que la pedanía señaló que se basa en datos de los dos últimos ejercicios y ya en 2020 la alcaldesa pedánea, Marta Pereda, explicaba que los precios antiguos no alcanzaban ni para  el gasto en electricidad de las bombas. 

Además de ello, la junta vecinal apelaba a la inadmisibilidad del recurso «porque la Asociación de Vecinos de la Hidesilla, de quien no consta acreditada capacidad jurídica, no ostenta la condición de interesado, ya que no es destinataria del acto», en este caso, de pagar la tasa del agua de Quincoces. Y este último ha sido el argumento del Tribunal Superior de Justicia para declarar «inadmisible» el recurso. En su sentencia indica como la asociación «no tiene la condición de contribuyente» y «es claro, por ello, que la misma carece de legitimación activa para la impugnación de la ordenanza aprobada por la entidad local menor».

Sin legitimidad. La asociación invocó a sus fines de defensa del medio ambiente para justificar la presentación del recurso, pero el Tribunal señala que «no estamos ante ninguna materia medioambiental, ya que lo que se está impugnando es una ordenanza fiscal». Y concluye que «es evidente que la Asociación recurrente no está legitimada para la defensa de la legalidad ordinaria, en el caso de la aprobación de la Ordenanza fiscal» en base a los estatutos aportados.

Con la nueva ordenanza, los vecinos de Quincoces abonarán un fijo anual de 41,04 euros y el metro cúbico irá desde los 0,21 céntimos, si el consumo es de 0 a 25 m3, hasta los 0,93 céntimos para quienes superen los 55 m3 anuales. La alcaldesa está convencida de que «la ordenanza ha ayudado mucho a controlar el gasto de agua porque penaliza a los grandes consumidores» y agradece a los vecinos su comportamiento.

En el verano de 2020, con unas reservas de agua en la cuenca del Ebro muy superiores a las de este seco estío, las dos bombas sumergidas más de 100 metros en la Cueva del Agua apenas captaban líquido y la pedanía sufrió importantes restricciones del suministro. Sin embargo ahora, a pesar de la fuerte sequía que se está viviendo, el nivel del agua está 8 metros por encima de la bomba más profunda como ha podido comprobar el equipo de espeleobuceadores que este agosto ha vuelto a entrar en la cavidad. Entre ellos, una vez más se encontraba Jason Mallinson, el espeleobuceador icono de Covanera y el Pozo Azul, quien salvó a parte de los jugadores de un equipo de fútbol atrapados en una cueva de Tailandia en 2018, una historia que ahora será llevada al cine.