Desde hace no mucho tiempo la visibilización de los problemas de salud mental ha permitido que se hable más de este tipo de alteraciones y que, en consecuencia, se conozcan más tanto los síntomas de las mismas como la implicación que estos tienen en la vida diaria de las personas que las sufren. Y esa sintomatología es, además, tan habitual, que nueve de cada 10 españoles aseveran haber sufrido algún síntoma de depresión o ansiedad en el último año, según reflejan los resultados de la quinta edición del Estudio de Salud y Estilo de Vida, llevado a cabo por la aseguradora Aegon.
La valoración media del estado de salud emocional en el último año es de 6,78 puntos, en una escala del 1 a 10, una puntuación similar a la del pasado año. Más del 61 por ciento de los encuestados puntúa su bienestar psicológico igual o por encima del siete. Por otro lado, la mayoría de los preguntados piensa que su bienestar psicológico no ha variado en el último año. No obstante, el 30,8 por ciento de los españoles considera que su salud mental ha empeorado en los últimos 12 meses, y únicamente el 11,3 por ciento señaló una mejora.
Conscientes del problema que supone que cada vez haya más personas aquejadas de algún tipo de alteración relacionada con su salud mental y coincidiendo con el Día Mundial que se celebró ayer, el Consejo General de la Psicología lanzó la campaña Pon tu corazón en la salud mental, para concienciar de la «preocupante» situación que hay España y de la importancia de prevenir y atenderla «como parte esencial del bienestar». Así, incidieron en que uno de cada tres españoles presenta un caso probable de ansiedad y un 25 por cierto de depresión. Además, unas 400.000 personas padecen un trastorno de la conducta alimentaria (TCA); uno de cada 10 estudiantes españoles ha sido víctima de acoso en la escuela; y se suicidan 10 personas al día en España, mientras lo intentan otras 20, es decir, mueren al año por suicidio 3.941 personas, según datos de 2020 del Instituto Nacional de Estadística.
Sin embargo, según los psicólogos, es «imprescindible» señalar que la salud mental se entiende «no solo como ausencia de un problema o trastorno psicológico, sino, en última instancia, y aún más importante, como la presencia de bienestar psicológico, un derecho fundamental que debería ser una prioridad y un objetivo de todas las administraciones y gobiernos». De hecho, romper el estigma es fundamental para evitar la exclusión y promover una buena salud mental es una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.