Con un abrazo se han despedido los empresarios leoneses David de la Riva y Javier Colino de las ocho personas a las que han ayudado a huir de la guerra de Ucrania: tres mujeres, tres adolescentes y dos niños, todos de Kiev. Tras varios días de viaje en coche, la comitiva ha llegado bien a su primer destino, Burgos, desde donde las mujeres y los niños cogían un autobús hacia Madrid, donde les esperan familiares instalados en la capital de España y en Guadalajara. "Llegamos muy cansados, pero bien", ha dicho Javier Colino ante la estación de autobuses, donde ha informado de que están organizándose para poder mandar un autobús a la frontera y trasladar a más mujeres y niños -los ucranianos de entre 18 y 60 años no pueden salir de Ucrania- con garantías. "Ahora teníamos el listado y la documentación de las personas a las que íbamos a trasladar", ha subrayado, instando a la Administración a agilizar la ayuda humanitaria 'oficial' para evitar problemas en las fronteras.

Alrededor de quince ucranianos residentes en Burgos y burgaleses solidarizados con la causa han esperado ante la estación a las viajeras, a los que han aplaudido y dado ánimos. Ellas han agradecido el gesto y con la ayuda de una residente en Burgos que ha hecho de intérprete han clamado, llorando, que se declare la zona de exclusión aérea sobre Ucrania, para evitar los bombardeos rusos. "Cierren el cielo, por favor", han dicho en español.

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