Sin entrar a sus fincas por culpa de la variante de la A-11

I.M.L.
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Los agricultores de Castrillo de la Vega carecen de los caminos paralelos a los viales para acceder a las tierras de cultivo, que sí que estaban contemplados en el proyecto pero que se dejaron sin ejecutar

Sin entrar a sus fincas por culpa de la variante de la A-11

Los agricultores que tienen sus terrenos en el término municipal de Castrillo de la Vega llevan años soportando las incomodidades y problemas que les acarrea la variante de la A-11, que lejos de suponer para ellos un avance en las comunicaciones les provoca complicaciones en su día a día en el campo. El origen de los obstáculos que denuncian es la deficiente o inconclusa ejecución del proyecto de esta parte de la Autovía del Duero.

Desde el asfalto no se aprecia, pero basta con tomar la salida hacia la carretera de Hontangas e intentar acceder a las parcelas agrícolas a un lado u a otro de la vía. «Aquí y todo lo que va paralelo a la carretera tendría que haber un camino para acceder a las fincas, pero empezaron a hacerlo y, unos metros después, lo dejaron tal cual», enseña Alejandro Juez, presidente de la cooperativa de Castrillo de la Vega. En el proyecto se contemplaban unos amplios caminos agrícolas, para los que se expropiaron parte de los terrenos, pero no se llegaron a ejecutar. «Nos dijeron que no pasaba nada si lo cultivábamos, pero para pasar de esta tierra a la de más allá tenemos que estropear cereal o viñas, no tiene sentido», valora Juez.

Otros agricultores, con tierras al norte de la variante, se enfrentan en temporada de lluvias a otro problema. «Se recoge todo el agua que cae en la autovía pero no lo han canalizado, lo sueltan de golpe y va a parar a las tierras y se lleva plantaciones y crea unos regueros que no deberían estar ahí», explica el presidente de los 300 cooperativistas con que cuenta Castrillo de la Vega.

Para rizar el rizo, Juez suma otros dos peros a estas obras: Que la rotonda de salida de la localidad es tan pequeña que es un nuevo punto negro en la comarca por los múltiples accidentes de vuelco de camiones registrados ahí, y que se ha cortado el camino tradicional entre Haza y Fuentespina. «Iban a hacer un puente para salvar la carretera y dar continuidad al camino, pero debieron de quedarse sin dinero para ejecutarlo, porque a nosotros sí que nos expropiaron un buen trozo para hacerlo», recuerda el presidente de la cooperativa.

Sin respuesta. Estos problemas los detectaron una vez que las máquinas abandonaron sus trabajos y, viendo que no volvían para completar lo que había sobre el papel, empezaron a reclamar que se completasen los caminos auxiliares y se solventasen las escorrentías de agua, apoyados por el Ayuntamiento de Castrillo de la Vega. «Llegamos a ir hasta el ministerio, la primera vez que he tenido que ir tan lejos», recalca el que fue alcalde, Juan José Gutiérrez. «Mandamos un escrito reclamando todo, vinieron un par de veces a verlo y nos aseguraron que iban a contestar a nuestro escrito, pero seguimos esperando», reconoce Alejandro Juez.

En el sentir de los agricultores aún conservan una pizca de esperanza con la mirada puesta en la continuación del proyecto de la A-11 del Duero. «Ahora que parece que están con la idea de seguir hacia Valladolid, como tienen que empezar por aquí sí o sí, pueden hacer todas estas faltas y tirar hacia allí», expresa Juez más como una esperanza que como una certeza.