"Un país sin investigación es un país sin desarrollo"

B.G.R.
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La primera mujer honoris causa por la Universidad de Burgos ha fallecido hoy a los 80 años. Rescatamos esta entrevista que concedió a DB el pasado mes de marzo, en la que la bióloga habla de ciencia, de feminismo y de la discriminación por edad

"Un país sin investigación es un país sin desarrollo"

Dicen que es la Marie Curie española, comparación que, sin embargo, a ella no le convence. En los años 60 trabajó codo con codo con el Nobel Severo Ochoa en su laboratorio de Nueva York, época que califica de "fantástica" tanto en el campo profesional como personal. Acumula numerosos premios como el Jaime I, el Santiago Ramón y Cajal, la Medalla de Oro de la comunidad de Madrid o la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, además de formar parte de la Real Academia de la Lengua y de la de Ciencias Exactas. Todos ellos demuestran la relevancia de sus descubrimientos, como algunos de los secretos más valorados del ADN, y aunque dice que ya no busca grandes hallazgos científicos, acude a diario al Centro de Biología Molecular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid. Desde allí, esta bioquímica licenciada en Químicas atiende por teléfono a este periódico para hablar de ciencia, de su trabajo actual, de feminismo y de la edad. Es su decimotercer honoris causa, al que se suman infinidad de prestigiosos reconocimientos.

¿Qué tiene el de la Universidad de Burgos de especial?

Todos los premios y reconocimientos son especiales. Por muchos que haya tenido, en este caso el de la Universidad de Burgos es para mí súper especial.

¿Sabe que es la primera mujer en formar parte de este ilustre claustro en los 25 años de vida que tiene la institución académica?

Pues la verdad es que no lo sabía.

¿Qué lectura hace de esto?

Hay que empezar a promocionar a las mujeres, que hay muchas valiosas para ser investidas doctoras honoris causa. Que cunda el ejemplo.Tampoco hay muchas que sean premio Nobel...Efectivamente, hay que fomentar que haya más mujeres con estos galardones. Han existido y siguen existiendo y cada vez hay más mujeres valiosas, evidentemente.Trabajó precisamente con un premio Nobel, Severo Ochoa.

¿Qué recuerdos le quedan de esa época?

Fue una época fantástica desde el punto de vista de mi formación en biología molecular, porque allí aprendí lo que después pude enseñar y desarrollar en España. Además, la vida científica y cultural de Nueva York era fantástica. Fui en el año 1964 y estuve hasta 1967, cuando aquí, en España, estábamos casi en la prehistoria de la bioquímica y desde luego no existía la biología molecular. Resultaron años decisivos para mi formación.

¿Cuántas mujeres había en clase en su etapa universitaria?

La verdad es que había bastantes mujeres. Éramos aproximadamente la tercera parte. No había tan pocas. Lo que pasaba en esa época es que muchas de las que estudiaban no seguían adelante en la profesión, se casaban, tenían familia... Y solo después de los años, cuando habían acabado esas obligaciones, algunas decidía volver a su carrera.

¿Ha tenido que superar muchas barreras por su condición de mujer?

Al principio de mi carrera, sí. Cuando empecé a hacer la tesis doctoral, en el año 61, se pensaba que las mujeres no teníamos capacidad para hacer investigación. Me sentía bastante discriminada porque no se me consideraba. Era como invisible. Con los años, esto ha cambiado y he llegado a ser una científica con nombre propio.

¿Cómo rompió esos obstáculos?

A base de mucho trabajo, de ayuda también por parte de mi marido, que era científico y siempre me apoyó para que fuera independiente, y con unas cosas y otras salí adelante. También he tenido la suerte de contar con buenos discípulos.

¿Por qué sigue habiendo trabas en pleno siglo XXI?

Hoy en día, en nuestro mundo científico, haciendo la tesis doctoral incluso hay más mujeres que hombres. Yo espero que en un futuro no demasiado lejano la mujer ocupará en la ciencia el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad y su trabajo. Es cierto que actualmente están en los puestos iniciales de la investigación pero no en los de dirección o los más altos. Esto tiene que cambiar. Ya se sabe que la mujer vale tanto como el hombre y confío en que llegará a los puestos que pueda aspirar en cada caso.Ese techo de cristal no exclusivo de la ciencia... Sí, efectivamente. Todavía hace falta que la sociedad y los ámbitos de poder se percaten y se conciencien de que hay mujeres que valen tanto como pueden valer los hombres.

¿Se considera feminista?

Yo no quiero discriminación positiva. Es decir, que no se nos dé nada por el hecho de ser mujeres, pero que tampoco se nos quite nada por el hecho de ser mujeres. Ese es el feminismo que apoyo. Yo no quiero cuotas, yo quiero que se nos valore por lo que valemos y no por el hecho de ser mujeres.

Como miembro de la Real Academia de la Lengua, ¿qué opina del lenguaje inclusivo?

Bueno, esto es algo que se está analizando y que ya veremos. Hay muchas cosas que no tienen sentido.

¿Por ejemplo?

Decir miembros y miembras. Cosas totalmente alocadas. El querer poner el feminismo en todo e incluso inventarse palabras. Hay palabras que son como son y no hay que cambiarlas. En nuestro lenguaje existe la posibilidad de distinguir el masculino y el femenino con los artículos.

Decía antes que había más alumnas de doctorado que alumnos, pero en las universidades las primeras representan solo el 25% en las carreras científico-técnicas. ¿Por qué sigue habiendo esa brecha?

Depende de qué carreras. En Medicina, Biología, Farmacia, Bioquímica o Biotecnología hay más mujeres que hombres. Es verdad que en las más técnicas como las ingenierías la mayoría es masculina. Quizás todavía las mujeres no se atrevan con estas tecnologías, pero creo que todo esto también tiene que cambiar porque tienen que ser conscientes de que ellas son capaces de hacer lo que se propongan.

¿De qué logro científico se siente más orgullosa?

Ha habido bastantes logros importantes. Uno de ellos, cuando estuve en el laboratorio de Severo Ochoa, fue determinar cómo se lee el mensaje genético. Fue algo que no se conocía entonces y lo demostré. Ya en Madrid, a la vuelta de Nueva York, descubrimos una proteína que está unida al ADN del virus F29 y que es la que inicia la duplicación del material genético. La ADN polimerasa tiene unas propiedades fantásticas y la patentamos, se licenció en una empresa americana, se ha vendido muchísimo y ha tenido una gran repercusión tanto científica como económica. Sigue acudiendo a diario al laboratorio.

¿En qué está trabajando?

Seguimos trabajando en los mecanismos de duplicación del material genético, con la ADN polimerasa, haciendo nuevas variantes que tienen propiedades que mejoran la original. El objetivo es poderlas utilizar desde el punto biotecnológico para amplificar ADN.

¿Se siente igual de satisfecha de sus hallazgos que de los discípulos a los que ha formado?

Me siento muy orgullosa de todos los científicos que he formado. La mayoría tiene actualmente grupos de investigación independientes, haciendo un trabajo excelente. Yo siempre digo que estoy muy orgullosa de los discípulos que he formado porque muchos de ellos ya me han superado.

Cuando le comparan con Marie Curie, ¿qué siente?

No quiero compararme con Marie Curie porque ella realmente fue una pionera en épocas en las que era muy difícil el trabajo de una mujer. No hay ni comparación.

Para alguien con tanta experiencia investigadora, ¿qué lugar cree que ocupa la ciencia en España?

Si nos basamos en la financiación, estamos en niveles mínimos. Desde hace años la financiación de la ciencia es muy baja y estamos a la cola de los países europeos. Realmente esto tiene que cambiar porque ahora estamos pasándolo mal, no solo los que ya estamos sino la gente joven. Muchos no se interesan por la ciencia porque piensan que no tienen futuro. Y esta es la realidad de hoy en día para la gente joven porque hay un futuro muy escaso. Pueden hacer en España una buena tesis doctoral, hay buenos laboratorios, después tienen que salir al extranjero si quieren seguir una carrera investigadora... No está mal salir al extranjero, pero lo que sí está mal es que no se pueda volver y hoy en día irse fuera conlleva que sea muy, muy difícil la vuelta. Pero todo esto tiene consecuencias negativas para un país...Pues sí y de eso es de lo que tendrían que darse cuenta nuestros políticos. Severo Ochoa decía que un país sin investigación es un país sin desarrollo y los políticos creo que todavía no se han enterado de esto.En Alemania no se recorta el presupuesto para investigación ni en épocas de crisis. Efectivamente, no solo no se toca sino que incluso se aumenta en algunos momentos de crisis económica, como es el caso de Alemania.

¿Por qué aquí no terminamos de creérnoslo?

Aquí no solo no aumenta sino que va disminuyendo y cada vez tenemos menos dinero para hacer investigación. En la actualidad, estamos bajo mínimos.

En alguna entrevista he leído que la discriminación que ahora siente es por la edad.

Pues sí, me ponen muchas trabas para pedir proyectos. Realmente, hay discriminación por la edad.

¿Y cómo se lucha contra eso?

Hay que ser consciente de que el rendimiento de una persona no depende de la edad, sino de cada uno. Igual que lo que decíamos antes de hombres y mujeres. Aquí es lo mismo. Personas mayores de 70 años pueden ser tan válidas o más que personas con 40 años, por ejemplo, no lo sé. Depende de la persona y si alguien a los 70 años tiene capacidad para seguir trabajando en algunas profesiones como la investigación, creo que no debería haber jubilación para ellos.

Entonces, ¿cree que se escapa el talento joven y también el veterano?

Veterano y, además, con mucha experiencia. En Estados Unidos no existe la jubilación. Hace poco me comentaban de un importante investigador que falleció a los 90 años que a los 85 había pedido una ayuda para financiar un proyecto, que se la habían concedido y que estaba trabajando en el laboratorio. Aquí lo tendría muy difícil.

Me sorprende que alguien con su currículum tenga que luchar contra esa discriminación...

Pues sí, tengo que luchar, lo sigo haciendo y no me rindo.

¿No ha pensado en retirarse?

De momento, no. Las ganas no me faltan y la fuerza tampoco.

¿Hay algo con lo que sueña poder descubrir?

No aspiro ya a hacer grandes descubrimientos, ya los he hecho importantes, sino a poder seguir trabajando del mejor modo y más riguroso posible, que es lo que he venido haciendo hasta ahora.

*Esta entrevista fue publicada en la edición impresa el 28 de febrero de 2019