Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


La realidad económica

31/03/2022

Vivimos momentos de incertidumbre política, con un presidente de Gobierno que es un auténtico profesional de la palabra, pero no de la gestión. Su ignorancia rompe el debate y vale tanto más que el conocimiento; su mentira prevalece sobre la verdad, los hechos le importan menos que los dogmas y las pruebas no tienen valor frente a las creencias. Su puesta en escena es sencillamente encantar, deleitar y entretener, intentando proporcionarnos una visión equivocada de la realidad. Ha pasado de atrincherar sus equivocaciones económicas en la pandemia de la covid a hacerlo en la invasión de Rusia a Ucrania, con el único objetivo de escapar de la realidad económica. La realidad es que España fue el país de la OCDE que más cayó en el 2020, ha sido el que peor recuperación ha experimentado en el 2021 de toda la Unión Europea, es el que mantiene la tasa de paro más alta, es el number one europeo en términos de déficit público, tiene la tercera prima de riesgo más alta de toda la zona euro y la inflación en enero del 2022 era ya 1,1 puntos mayor que la media de la Unión Europea. Todo esto es anterior al estallido de la guerra.  Para que nos entendamos de otra forma: los desequilibrios en España llevan siendo evidentes hace años y el conflicto bélico lo único que hace es acelerarlo. 

Durante estos años de pandemia, no de guerra, la subida de impuestos ha sido constante y masiva: IRPF, ahorro, IVA a bebidas azucaradas, Patrimonio, Sociedades, prima de seguros, impuestos de matriculación, cotizaciones sociales, etc. Esto que podría tener una justificación basada en la necesidad de consolidar las finanzas públicas se ha ido por el WC hacia un incremento del gasto público. Este esfuerzo fiscal de todos los ciudadanos, no ha logrado crear un fondo de reserva, ante situaciones de dificultad y es ahora cuando la imaginación oculta el conocimiento. Se escudan en la guerra cuando la realidad es que tenemos un gobierno de actores que representan su papel consistente en hacer de la política un simulacro de teatro, parodia o incluso opereta, consecuencia de una falacia de la realidad política sustentada en el sufragio universal. Por lo tanto, esta nave no tiene rumbo, está en manos de timoneles miopes, sordos, sin conocimiento, ni experiencia en el arte de navegar.  Piensen, sin rigor ni vigor -decía Platón- las democracias acaban estrellándose.