«Todo lo que no sean locales en los que se vaya a producir una transacción o todo lo que incluyamos en el ocio privado, como una sociedad gastronómica, estará afectado por esta ordenanza». El edil de Licencias, Miguel Balbás, admitió ayer que la futura normativa de chamizos, que avanzó que se llevará a comisión el próximo 19 de julio para su votación (entrará en vigor más tarde), no solo afectará a los locales que alquilan grupos de amigos para juntarse los fines de semana sino que también se aplicará a las instalaciones que utilizan peñas, asociaciones, sociedades gastronómicas... Muchos de ellos se ubican en locales de titularidad municipal que, tal y como admite el concejal, en este momento no reunirían los requisitos para lograr una autorización.
Balbás detalló que la Ordenanza se aprobará de manera definitiva tras el verano, si bien incluye una disposición transitoria en la que da un año de plazo para cumplir los requisitos. Si el propio Ayuntamiento no llega a tiempo, peñas o asociaciones que llevan reuniéndose desde hace muchos años en un local municipal podrían verse obligadas a dejar de hacerlo.
Entre otros aspectos, la normativa exige que estos locales tengan un aislamiento acústico, establece una serie de requisitos constructivos, un seguro de responsabilidad civil con una cobertura de 200.000 euros...
Más allá de esta circunstancia, otra amenaza para peñas y asociaciones viene dada porque el Ejecutivo ha fijado que debe de existir una distancia mínima de 100 metros entre dos locales de este tipo. Y hay ejemplos fácilmente identificables en los que varias peñas o asociaciones conviven a pocos metros de distancia. Sirvan de muestra, las que ocupan locales municipales en el Pueblo Antiguo de Gamonal, en la Barriada de la Inmaculada, en San Cristóbal...
Otro problema que se presenta es que en la ordenanza se fija un tamaño máximo para los chamizos de 200 metros. ¿Los que tienen una superficie de 220 metros quedan en un limbo?
Puede darse también la circunstancia de que un grupo de amigos o una asociaciones invierta dinero y esfuerzo en lograr cumplir los requisitos y se encuentre con que no recibe una autorización porque se ha concedido antes a otro local del entorno.
Todas estas situaciones han sido planteadas por el PP en la Comisión de Licencias pero, sin embargo, el Ejecutivo no parece dispuesto a modificar un texto que, según Balbás, lo que hace es no dar la espalda a una realidad creciente y lo que persigue es garantizar la seguridad de estos locales, de sus inquilinos y el descanso de los vecinos.
En el PP critican que lo que se ha hecho es «matar moscas a cañonazos» con una normativa que solo podrán cumplir los «ricos» ya que los chamizos que utilizan la mayoría de los jóvenes son locales que precisamente se alquilan por su bajo precio.
Aunque la ordenanza se aprobará antes de que termine el año, su aplicación será responsabilidad de la próxima Corporación. Deberá de solventar algunas contradicciones o problemas que ahora se plantean salvo que se modifiquen en el periodo de alegaciones.