«El de Burgos debe ser el buque insignia de los festivales»

A.S.R.
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ENTREVISTA | Cuando los pies de Rafael Cantero pararon, pasó del grupo de baile al despacho del Grupo Mazantini de Ciudad Real y de ahí a la dirección del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore (CIOFF)

Rafael Cantero, presidente del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore (CIOFF). - Foto: Luis Román

La delicada situación del Festival Internacional de Folclore Ciudad de Burgos, rescatado in extremis cuando tenía los dos pies en el precipicio, ha tambaleado al sector. Un temblor que se ha sentido más allá del epicentro burgalés. La más que real posibilidad de que muriera una cita con 44 ediciones puso en alerta al Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y de las Artes Tradicionales (Cioff), socia de la Unesco, presente en 122 países. La presencia de su presidente, Rafael Cantero, en la plaza de San Juan evidencia el apoyo de todos sus colegas a este encuentro. 

Visita por primera vez este festival y lo hace cuando camina por la cuerda floja... 
Sí, estoy informado, y es una pena porque el de Burgos es un festival en el que todo se hace de forma altruista. El esfuerzo de muchos años ha hecho que sea un festival consolidado, uno de los 24 de España que tienen el reconocimiento de internacional. Es una referencia en la que muchos otros se fijan. Es una pena que se pueda tambalear un festival tan prestigioso, tan importante, tan demandado por los grupos. Cuando tienes un nivel, si se empieza a debilitar y se recortan los presupuestos, obviamente, por mucho interés que tú pongas, se ve resentido. Que se ponga en cuestión la continuidad o su apoyo es muy triste. Las aguas deben volver a su cauce. No tengo ninguna duda de que las autoridades lo seguirán apoyando porque debe seguir siendo el buque insignia de los festivales españoles como ha sido hasta ahora. 

¿Las instituciones son insensibles a esta cultura tradicional?
No se puede generalizar. Nosotros creemos que no hay una sensibilidad como debe haber hacia la cultura tradicional, pero es cierto que no todas las comunidades ni todos los ayuntamientos son iguales. Hay zonas donde el folclore está muy apoyado, Burgos es una de ellas. Tiene un comité de folclore específico donde se da cabida a todos los grupos de la ciudad y con mucha actividad, que lo potencian y difunden entre las generaciones más jóvenes. 

¿Hay relevo generacional en este mundo?
Ahora mismo hay una realidad innegable y es que nuestra cultura popular no se transmite como hasta ahora porque ya no existen esas casas de vecinos donde convivían las distintas familias y se transmitían experiencias, los abuelos ya no cuentan cuentos a sus nietos y ya no se cantan nanas a los niños. Sin esta transmisión de padres a hijos, ¿cómo se sustenta esto? Tiene que ser promocionando la cultura popular en las escuelas, hay que meterla dentro del catálogo académico, sobre todo en la enseñanza primaria, y también a través de las asociaciones, como las de coros y danzas, comités o festivales. Tenemos la obligación, ciudadanos y autoridades, de transmitir todo lo que nosotros hemos heredado de nuestros antepasados para que sigamos teniendo nuestra propia idiosincrasia. 

Pero enfrente hay duros rivales, como todo el sector audiovisual y todo lo que brindan las pantallas... 
Tampoco podemos ir en contra de la tecnología, hay que intentar convivir y aprovecharse de los nuevos medios y tendencias para mostrarlo de otra forma. Hoy en día, en una sociedad en la que todos vestimos igual, casi comemos lo mismo y vemos las mismas películas, lo único que nos sigue diferenciando es nuestra historia y nuestra cultura popular. 

Sí que empiezan a surgir grupos, al menos en Castilla y León, que beben de esas raíces, sobre todo en música, que han iniciado una corriente que denominan neofolk...
En la vida todo es cíclico y ahora empieza a mostrarse un interés en la cultura popular y es importante que grupos de ahora utilicen la música de raíz para hacer música de fusión, y lo hagan con una base. 

¿Por qué debe continuar el Festival de Folclore Ciudad de Burgos?
Fundamentalmente, porque después de 44 años celebrándose forma parte del paisaje de la ciudad. ¿Cuántos eventos han empezado y han muerto a los cuatro o cinco años y cuántos quedan vigentes que superen más de cuatro décadas de antigüedad? Por este encuentro habrán pasado 200 grupos, miles de personas, que saben dónde está Burgos. Y, por otro lado, porque colabora, potencia y difunde nuestra cultura e incentiva a los niños a familiarizarse con el folclore y crear una cultura de paz. Yo he visto en Burgos casos de países en rivalidad que conviven perfectamente porque a través de nuestras raíces construimos un mundo de paz y unimos a los pueblos a través del folclore. Con todo esto transmitimos una serie de valores de los que la sociedad actual está necesitada.