Más consultas telefónicas que 'in situ' en 25 centros de salud

GADEA G. UBIERNA
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En Aranda Rural, Valdebezana y Roa ya se ve cara a cara a más del 70% de los pacientes. Por contra, Miranda, Pampliega y Comuneros aún atienden por vía telemática a seis de cada diez

Foto de archivo de un consultorio del Aranda Rural, cuyos médicos ya atienden cara a cara al 85% de los pacientes. - Foto: Valdivielso

De los 37 centros de salud que hay en la provincia, solo trece cerraron el 2022 con más consultas médicas presenciales que telefónicas o mediante otros medios telemáticos que evitan la presencia física, según datos oficiales de la Consejería de Sanidad. Uno está en la capital, el José Luis Santamaría (Casa La Vega), el más grande de todo Burgos, y los otros doce en distintos puntos de la provincia: Aranda Rural, Belorado, Burgos Rural Norte, Burgos Rural Sur, Huerta de Rey, Melgar, Quintanar, Roa, Salas, Sedano, Valle de Losa y Valle de Valdebezana. El de Villarcayo terminó el año con la mitad de enfermos tratados de forma convencional y la otra mitad, por teléfono.

Los porcentajes de personas atendidas por teléfono en cada uno de los 37 ambulatorios de Burgos están especificados en la tabla adjunta a la derecha, pero, de entre todos los datos, destacan -por buenos- los de Aranda Rural, Valle de Valdebezana y Roa, donde las cifras permiten comprobar que el 70%de las consultas son físicas. O, lo que es lo mismo, que en estos tres centros sanitarios, con presión asistencial muy dispar entre sí, los médicos de familia usan el teléfono con tres de cada diez pacientes. El resto, frente a frente. 

Es casi lo contrario de lo que sucede en Pampliega y en toda Miranda, donde sus dos centros de salud (Este y Oeste) siguen usando el teléfono para resolver las necesidades de más del 60% de sus pacientes, más de dos años después del estallido de la crisis del coronavirus. Y otro tanto sucede en el de Comuneros, en Burgos capital, cuyos facultativos atendieron 10.916 consultas en 2022 y, de estas, 6.664 no fueron presenciales, según datos de Sacyl. La razón para estas diferencias no se especifica, pero este centro de salud tiene una demanda abultada, aunque inferior a la que soportan los de San Agustín (14.403 consultas), José Luis Santamaría (13.512 consultas) o Santa Clara (11.820), también en la ciudad.

Llama la atención que el mejor dato de toda la provincia sea el del espacio sanitario de referencia para los residentes en la comarca de Aranda, donde la presión asistencial es muy similar a la de un ambulatorio urbano. El Aranda Rural, de hecho (y siempre según datos oficiales), cerró el 2022 con 9.398 consultas pasadas, que son más o casi tantas como las registradas en otros de Burgos ciudad (Las Huelgas atendió a 6.445 personas; Los Cubos, a 9.638; y el de Las Torres, a 9.947). Y, a pesar de la presión, solo el 15,21% de los problemas planteados por los usuarios se resolvieron por vía telemática.

Hace más de un año (en septiembre de 2021) que Sacyl decretó la necesidad de recuperar la presencialidad en las consultas, tanto en las de Atención Primaria como en las de los hospitales. Se consideró entonces que el volumen de personas vacunadas frente a la covid-19 permitía recuperar en los espacios sanitarios la normalidad que ya se había instalado en la calle. Pero los datos evidencian que la realidad dista de parecerse a la que era antes de la pandemia. 

Prueba de ello es que solo Roa (5.064 consultas) y otros dos centros con poca presión, como son los de Valdebezana y Sedano (1.075 y 484 pacientes anuales, respectivamente), han alcanzado porcentajes altos de presencialidad.