Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Metáforas

21/03/2022

La pasada semana, saliendo de Burgos capital, pude divisar la nieve de las cumbres de la Sierra de la Demanda. No estoy seguro de si se trataba del pico Trigaza, el San Millán, el Mencilla o todos ellos, pero sí de que estaban bien blancos. Unos días después, la llegada de la calima sahariana depositaría arena del desierto sobre la nieve de esas alturas. No me diga que no es una bonita imagen y una perfecta metáfora de los tiempos dados del revés que estamos viviendo.

Hace dos años, cuando tuvimos que encerrarnos en casa, la primavera estaba a punto de despuntar. Al asomarnos a la ventana, entre paralizados e incrédulos, podíamos ver que, a pesar de nuestro drama, la naturaleza seguía su curso. Los árboles florecieron y la hierba de los jardines creció hasta transformarlos en casi junglas. Otra metáfora de la que sacar conclusiones, una que nos pone en nuestro verdadero lugar en el mundo.

Por contra, en Ucrania las llanuras sin fin tal vez no cambien de tonalidad esta primavera y queden varadas en un ocre permanente. Puede que la guerra, con sus múltiples aristas, impida sembrar, trabajar o recolectar las cosechas y ahogue esa exuberancia que un par de años atrás se desbocó.

Y es cierto que calimas ha habido siempre; el otro día, mi compañero Pérez Barredo me apuntaba que con una concluye Las Ratas Delibes. Igualmente, la vegetación creció sin control o no brotó del suelo en otras circunstancias históricas, pero resulta que ahora también está pasando y da la impresión de que todo a la vez.

Estando así las cosas, uno no se atreve a aventurar cuál será la próxima metáfora con que la vida o la naturaleza nos sorprenda y cuál será su significado. Por cansancio, y un poco porque la esperanza en un futuro más prometedor es la gasolina que mueve al ser humano, a uno le gustaría imaginar una luminosa, algún augurio que se pueda interpretar como esperanzador. A estas alturas me conformo con poco, me bastaría, por ejemplo, con que el nogal de la huerta familiar diese fruto por primera vez en lo que va de milenio. Pero las metáforas son muy particulares y brotan donde quieren, por eso no es mala idea salir al campo a buscarlas, como si fuesen setas. Y si no las encuentra, por lo menos uno se despeja, que buena falta nos hace. Salud y alegría.