La peor España de Luis Enrique

Roberto Morales (EFE)
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La mala imagen ofrecida por la selección frente a Suiza enciende las alarmas de la 'final' de mañana en Braga ante la Portugal de Ronaldo

La Roja dejó muchas dudas en La Romareda cuando falta exactamente un mes para que debute en el Mundial ante Costa Rica. - Foto: Javier Belver (EFE)

Tan inesperado como real fue el desplome del pasado sábado de la selección en Zaragoza en un regreso en el que se alejó tres meses después de sus señas de identidad, recuperó la inestabilidad defensiva, la falta de colmillo en área rival, imprecisa con el balón y sin que brillasen sus habituales referentes, especialmente desconocidos Pedri y Ferrán Torres, en una derrota ante Suiza que obliga a ganar a Portugal en su casa. Ayer, la Roja volvió a los entrenamientos en Madrid y seguro que toma nota de cara a la 'final' de Braga de mañana. 

Lejos de su estilo

Seguro que fue algo pasajero, fruto de una mala noche, pero la selección se alejó más que nunca del patrón que impone Luis Enrique desde el banquillo. No mostró sus cualidades técnicas en la abrumadora posesión (74 por ciento), siempre una de sus principales virtudes, especialmente imprecisa en el primer acto con pérdidas continuas de balón. De 803 pases intentados, completó con éxito 719, un dato difícil de encontrar en sus partidos.
No ejerció su habitual presión asfixiante sobre el rival. Al no 'morder' arriba, la recuperación llegaba lejos de área rival y rebajó su eficacia en fase ofensiva. Ataques previsibles con centros sin rematador (de 13 solamente uno acabó entre los tres palos). Fue una de las consecuencias de la apuesta del técnico asturiano por una prueba que no funcionó, jugar sin un 'nueve' puro disponiendo de Álvaro Morata, que no jugó, y Borja Iglesias, que salió en el minuto 63.
 

Asensio 

La idea de Luis Enrique fue premiar a Marco Asensio por su labor en los entrenamientos y, de paso, buscar una variante inesperada por los potentes centrales suizos. «Pensé en un 'nueve' diferente que nos da más asociación», reconoció. En lugar de buscar el pulso físico del uno contra uno, la pelea en el juego aéreo, los quiso sacar de zona para que jugadores de ataque y segunda línea encontrasen espacios por los que sorprender.
No ocurrió y la realidad es que quedó demostrado que el balear no está cómodo jugando en punta, alejado de la banda donde puede siempre encarar o ir hacia dentro para soltar su disparo lejano. De espaldas a portería estuvo incómodo y para mostrar sus ganas de devolver al técnico la confianza, tuvo que retrasar en exceso su posición, desaparecer de la zona de remate y poder tener contacto con el balón. Así inventó el gol, fruto de uno acción individualidad de alta calidad, que metió a España en el partido.

Mal la defensa

El relevo de Sergio Ramos en el centro de la defensa lo asumió con naturalidad Aymeric Laporte. Su rendimiento fue inmediato y sus ausencias las paga caras la Roja. Eric García y Pau Torres mostraron debilidad como pareja, falta de contundencia, excesivos nervios ante cualquier ataque de Suiza. Cada llegada del rival dejaba peligro por la mala actitud defensiva del bloque. El centro del campo no encontró forma de taponar a los rivales y tanto Shaqiri como Embolo jugaron cómodos.
En 21 ataques helvéticos, por 52 nacionales, a Suiza le sirvió para disparar en más ocasiones a Unai Simón (cinco) que a España a Sommer (cuatro). Esto refleja la fragilidad defensiva en los dos saques de esquina que costaron los goles. Errores de marcaje que permitieron al cuadro visitante explotar su superioridad en acciones a balón parado.

Sin referentes

La primera acción en la que Pedri entra en juego ya permite hacerse una idea del partido que realizará España. Su regreso a la selección dejó su partido más gris. Lejos del jugador referente que se asocia con todos, rompe líneas y genera fútbol con velocidad. Se le vio incómodo en el campo, sin encontrar con quién asociarse, más plomizo con el balón, sin su finura habitual. Y lo pagó el colectivo.
Luis Enrique mantuvo su fe en futbolistas que apenas están jugando en sus clubes. Mientras que Alba respondió con el nivel que siempre aporta en la selección, a Sarabia se le vio con menos chispa y la imagen de mayor preocupación la dejó Ferrán Torres. Siempre cerca del gol como internacional pero apagado ante Suiza, pegado a la banda derecha sin protagonismo alguno. Seis partidos seguidos sin gol de quien se perfiló como gran goleador de la 'era Luis Enrique' muestran su retroceso.

Cambios

Cuando Asensio asumía el peso de la Roja fue sustituido. Podría haber sido reubicado, pero el seleccionador optó por cambiar las tres piezas del tridente ofensivo. Su justificación fue el gran desgaste defensivo al que están obligados sus delanteros, pero en la búsqueda de dos extremos que encarasen en el uno contra uno como Williams y Pino, y un rematador puro como Iglesias, España cambió por completo su identidad. Luis Enrique prefirió antes el gesto de los debuts que jugadores que tienen en su cabeza el estilo y que responden habitualmente. Morata se quedó sin minutos. Una señal de que ya importaba más la cita de Portugal que lo que ocurriese frente a Suiza.