Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, fue uno de los protagonistas de día de Navidad. Muchos burgaleses sacaron su teléfono móvil para hacerse una foto familiar con la escultura de Juan Cristóbal González Quesada de fondo sin coches. Los fotógrafos y los retratados pudieron ponerse donde quisieron.Los peatones tuvieron la plaza de Mío Cid para ellos solos desde las 18 horas a las 21:45 horas.

 El corte al tráfico rodado, que se extendió a la calle Vitoria (hasta San Lesmes), al puente de San Pablo, a la plaza del Conde de Castro y a las calles Santander, Valladolid, Miranda y San Pablo (hasta Progreso), gustó a los viandantes que decidieron darse ayer un paseo por el centro. Fueron, sin duda, los grandes agraciados por la decisión municipal. «Me parece genial», aseguró Gregorio Rodríguez mientras paseaba por la calzada sin tener que estar pendiente de los coches. Por su parte, Elba Rodríguez reconoció sentirse más libre y segura al tener más espacio. «Da más tranquilidad con los tiempos que corren», agregó. 

Natalia Santamaría destacó que esta medida hace el centro «más accesible a personas con silla de ruedas» y comentó que «sería muy interesante hacerlo otros días de mucha afluencia». Una opinión muy similar pronunciaron Alejandra Abad y Rosa Pérez, que abogaron por hacer el cierre «permanentemente». En cambio, José Gabriel González se mostró por aplicar esta acción solo «en días contados».

Por el contrario, la peatonalización dejó peores caras entre los conductores, que tuvieron que desviarse de su recorrido habitual. Además, algunos lamentaron incluso la falta de información, ya que se encontraron de frente con las vallas y los policías indicando los desvíos. Los agentes estarán hoy en los mismos lugares, ya que las calles se volverán a cerrar al tráfico en el mismo horario.