o hace mucho tiempo, apenas una década, los bancos y las ya extintas cajas de ahorros pujaban entre ellas para ofrecer las condiciones más ventajosas e hinchar de créditos a empresas, particulares y administraciones. Los años previos a la crisis económica que arrancó en 2008 fueron una batalla constante por el endeudamiento, donde tener créditos abiertos para comprarse una casa o un coche era el pan casi del día a día.El estallido de la burbuja, sin embargo, dio un golpe de realidad a muchas personas, que se vieron ahogados por las deudas y la dificultad para estar al corriente con los pagos pactados.
Por poner en contexto, el Banco de España cifraba en 2010 en más de 15.000 millones las deudas contraídas de los burgaleses con los bancos, mientras que su depósitos se situaban en los 11.562 millones.Diez años después el panorama es radicalmente distinto, y los ahorros, 11.179 millones (248 con las administraciones públicas y 10.931 con diferentes entidades de crédito), son un 35% superiores a los créditos pendientes, que bajan hasta los 7.302 (235 con las administraciones públicas y 7.067 con diferentes entidades de crédito).
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