El contenedor marrón necesita una línea para crear el compost

J.M.
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El contrato de recogida de basuras prevé implantar el contenedor en las calles este verano aunque no se podrá valorizar con los objetivos de la Ley

En el contenedor marrón solo se puede depositar materia orgánica. - Foto: Valdivielso

La implantación del contenedor marrón, una de las principales novedades que se incluyen en el nuevo contrato de recogida de basuras, deberá de ser realidad en 2023. Así lo establece la legislación nacional y no parece que haya problemas para que en Burgos estén instalados con bastante antelación (el compromiso con Urbaser establece que estarán ya en las calles este verano).

El problema que se presenta es que las instalaciones del Ecoparque de Cortes no están preparadas para transformar los residuos que se recojan en el contenedor marrón (fracción orgánica) en compost. Porque si bien si se puede obtener material bioestabilizado, el texto de la normativa deja claro que no se puede considerar compost.

Esto quiere decir que puede darse el caso (todo apunta a que así será) de que los restos de la fracción orgánica (restos de carne, de pescado, de frutas, de una poda...) no puedan ser valorizados tal y como pretende la Ley de Residuos y Suelos contaminados.

Lo que sí pretende hacer el Ayuntamiento es garantizar que todos los residuos que se depositen en el contenedor marrón sean de materia orgánica ya que la experiencia piloto que se puso en práctica en los barrios del G-3 y Cellophane no ha funcionado ya que los ciudadanos han depositado ahí restos de todo tipo.

Para evitarlo, lo que se hará es instalar contenedores para los que será necesario disponer de una tarjeta que permita su apertura. De este modo se quiere garantizar que solo los utilizarán aquellos ciudadanos que realmente están concienciados y conocen a la perfección qué desperdicios se puede depositar en esos recipientes y cuáles no.

Deberán de ser los ciudadanos los que soliciten proactivamente esa tarjeta y lo que ahora la empresa encargada de la recogida de residuos es una campaña para informar sobre el uso de este contenedor. Se repartirán miles de papeleras domésticas para tener en casa junto a bolsas biodegradables.

PLAZOS MARCADOS. El objetivo al que ya se ha comprometido Urbaser no deja de ser ambicioso ya que se espera adherir al contenedor marrón a un 12% de los usuarios potenciales, aproximadamente unos 11.000 hogares , en un plazo de un año desde su puesta en marcha.

El cronograma facilitado por la empresa al Ayuntamiento detalla que la implantación del nuevo contenedor se realizará en un plazo de tres meses (debería de estar operativo en agosto ya en toda la ciudad) y se irá desarrollando por zonas. 

Tras iniciarse la campaña informativa en el G-3 y el entorno de Cellophane, las Huelgas, la Castellana y parte de la zona sur, el siguiente destino será San Pedro y San Felices, San Julián y el Crucero, la Universidad y San Juan Bautista. Después llegará el turno de la Barriada de Illera, Villímar, San Cristóbal, el S-3 y el S-4 , luego el de Río Vena, la Barriada de la Inmaculada, Gamonal y el G-9.

Se dejarán para el final, por este orden, Capiscol, el entorno del Plantío, el centro geográfico (Reyes Católicos, avenida de la Paz...), Vadillos, Pozanos y se terminará en el casco histórico.