Un impulso necesario

MÓNICA PURAS (SPC)
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La Arandina quiere huir de la volatilidad tras la pandemia y garantizar la salud de la sección femenina

Plantilla de la Arandina sobre el césped artificial del José Manuel Sedano, con la entrenadora Laura Sanz (primera por la izquierda) y la capitana Patricia Martín a su lado, al comienzo de esta campaña. - Foto: Jesús J. Matías

La Arandina es una de las escuadras históricas del fútbol femenino burgalés aunque por diversas circunstancias y a causa de la pandemia estuvo inoperante unos años, hasta que el empeño de la directiva del club ribereño, junto a Laura Sanz, su actual entrenadora, y Patricia Martín, la capitana, salieron adelante esta temporada, pero no sin esfuerzo. 

Esta campaña, que puede denominarse de supervivencia aunque en el horizonte más cercano se pretenda la consolidación, se lograron 16 fichas para competir en la Segunda Regional Liga Doble G, todo gracias también al patrocinio de Alcampo, Vitaldent y Mesón El Pastor.  

Finalizada la primera vuelta y tras vencer el pasado domingo en León por 2-4 al Olímpico B, el bloque es séptimo, con cuatro triunfos, un empate y ocho derrotas. «Hasta el momento, en líneas generales, la temporada la catalogo como muy, muy positiva», confiesa Sanz, que es su cuarto curso en la entidad, aunque llegó procedente del banquillo de un equipo mixto alevín. La entrenadora echa de menos «que mi plantilla sea más amplia, ya que por desgracia se nos han lesionado jugadoras de gravedad como Patricia Fuente, que recientemente ha tenido que pasar por el quirófano por su rodilla», apunta.

La diversidad en la edad y experiencia es lo que distingue a este conjunto. «Tenemos chicas de entre 13 y 29 años y gente con experiencia y otras con ninguna en fútbol 11. La constancia, el compromiso, la seriedad a la hora de trabajar y competir y el buen ambiente hace que incluso nos feliciten en cuanto al planteamiento de los partidos», valora la técnico. 

Militar en una categoría Regional, junto a otros cuatro equipos de Burgos, les atrae tanto a la míster como a la capitana. «Obviamente hay más nivel competitivo y calidad, pero los desplazamientos sí son demasiado pesados, aunque no juegan igual en León que en Burgos», advierten, destacando al Palencia y al Burgos CFC como los rivales más destacados.

La tarea de captar futbolistas es complicada, aunque no se descarta la posibilidad de poder crear cantera. «Desde el club sí hay una apuesta, pero Aranda tampoco es una localidad con mucha población. Existen otros deportes como el balonmano y el rugby que están en auge entre las chicas», argumentan.

No obstante, ambas invitan y abren las puertas del Montecillo para cualquier chica de 13 años en adelante para que pruebe y si le gusta se quede. 

La escuadra ha mejorado con el paso del tiempo, «tanto técnica como tácticamente», advierten. Sanz apunta al choque contra el colíder Astorga, «que en la ida recibimos un serio correctivo de  9-2 y en la vuelta estuvimos a punto de ganar con un 1-2», mientras Martín destaca el duelo contra León «nos metieron un gol al final y en el último minuto marcó Elena en el contraataque. Ahí se vio el esfuerzo».

Trabajar la fortaleza mental en la Arandina es un trabajo colectivo y «aquí quiero nombrar al delegado Georgi Kirilov Pamukov, porque forma parte de este proyecto. Creo que lo más importante es que las jugadoras se sientan personas, que haya una relación cercana y valorar esfuerzos», señala Sanz, que como propósito se ha fijado «ir mejorando y que no se lesione nadie». 

Los resultados deportivos están en segundo plano. La intención es formar, divertirse y fidelizar.