Carlos Rivera, titular de la estación de servicio Rivera en Villarcayo, nunca había pasado un día sin combustible en cuarenta años que lleva al frente del negocio. Desde las 8 de la mañana del pasado jueves permanece sin poder vender gasoil a sus clientes ante la decisión del autónomo que le lleva el carburante de no salir a la carretera y secundar la huelga de transportistas. El mismo profesional surte a la gasolinera de Trespaderne, en la que David Santos calcula que tendrá diésel hasta el miércoles, pero después ya no podrá garantizar el suministro.
En la estación de servicio Rivera, el viernes seguía encendido el luminoso con los últimos precios del gasoil y la gasolina, de la que aún tenía existencias. El diesel marcaba 1,722 euros, pero si hubiera llegado el transporte a su destino lo hubiera podido vender a 1,59, según aseguró su propietario. Hubiera sido una vez más la estación de servicio más económica de la provincia y con una diferencia de más de 10 céntimos por litro con respecto de la segunda más barata.
Pero no pudo ser. En los surtidores de gasoil, dos carteles indicaban que estaban fuera de servicio y aún así muchos clientes se detenían, al no darse cuenta. Carlos Rivera afirmó que sus ventas alcanzan los 20.000 litros de gasóleo diarios, lo que da idea de los depósitos que va a dejar de llenar hasta que se resuelva el conflicto de los transportistas. El empresario villarcayés admitía que no ha buscado otro transporte alternativo, porque la situación de su estación de servicio va a servir para visibilizar la huelga del transporte y «es un modo de apoyar a este sector». «Prefiero estar con los transportistas, aunque esto me va a costar mucho dinero», afirmó Rivera, quien desconoce hasta cuando continuará su negocio en la misma situación de desabastecimiento.
En su caso, quien conduce el camión cisterna que le surte es un autónomo, el eslabón más débil de la cadena del transporte. El mismo profesional lleva el combustible hasta la estación de servicio Basurto de Trespaderne, que desde hace trece años regentan David Santos y su familia. Tampoco en este tiempo había vivido un episodio similar. Y en su caso veía difícil encontrar una alternativa a su transportista habitual dadas las actuales circunstancias de una huelga en el sector.
Por ello, cuando se vacíen sus depósitos, previsiblemente también llegue el desabastecimiento a Trespaderne. No obstante, como Rivera, David Santos se mostró comprensivo, porque «los transportistas tienen razón, llevan décadas muy fastidiados».
Incertidumbre en el sector. Mientras tanto, en las gasolineras del resto de la comarca consultadas por DB reinaba la normalidad, pero también la incertidumbre. El vicepresidente de la Agrupación de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles de Castilla y León, Rafael Pizarro, veía la situación «con preocupación, puesto que ahora mismo hay una gran incertidumbre». «Nos dicen que no hay problema de abastecimiento, pero la preocupación siempre persiste», señaló el portavoz del sector en la región, quien no tenía noticia de ninguna otra estación de servicio de Burgos que estuviera pasando por la situación de Rivera en Villarcayo. No obstante, la mayoría de las gasolineras de la provincia se surten de CLH Burgos, mientras que Rivera lo recibe de Bilbao.
En la estación de servicio El Corzo, ubicada en el polígono de Villarcayo, notaban la llegada de más clientes por el desabastecimiento de la competencia, pero en su caso a primera hora llegó el camión y pudieron llenar sus tanques. Tampoco sufrían problemas con el transporte en las gasolineras de Beroil y Repsol en Medina de Pomar , en la de Repsol de Bercedo, ni en la de Petronor en Entrambasaguas o en la nueva abierta en el polígono de Villasante, Trueba Energy, donde sus responsables admitían haber hecho acopio de existencias ante posibles problemas.