El 24% de la población de la provincia de Burgos, 86.000 personas en números redondos, ha cumplido los 65 años de edad o los supera. Hasta los 75, algo más de la mitad de los descritos (el 56%), se conecta diariamente a internet y apenas un 38% de estos internautas reconoce que se atreve a realizar gestiones a través de la banca online. El 62% restante y la práctica totalidad de los mayores a partir de los 75 años (es decir, 8 de cada 10) manejan sus ahorros a través de las ventanillas físicas del banco. Desde que éstas se han cerrado o han limitado sus horarios o su personal, los hijos o los familiares cercanos son el último recurso para poder pagar facturas u obtener el dinero necesario para el día a día.
Y no solo es el dinero. Desde que se desató la pandemia, la mayoría de los trámites ante la Administración Pública se realizan por cita previa, que se solicita a través de la pantalla de un ordenador, de una tablet o del teléfono móvil. El trato presencial ha quedado totalmente relegado bajo el argumento de la seguridad sanitaria y, de repente, a una buena parte de la población burgalesa le ha urgido un curso acelerado de uso de herramientas digitales para no iniciados.
(Más información y testimonios, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)