Los usuarios habituales del AVE que confiaron en Renfe y sus descuentos para trasladarse a Valladolid y a Madrid a diario por cuestiones laborales a un precio razonable han vivido el último mes una odisea cuyo último y triste capítulo se escribió ayer. Después de que la operadora, sin más explicaciones, retrasara del día 23 de enero al 1 de febrero la entrada en vigor de los bonos Avant, que sustituyen a los bonos recurrentes -los que caducaron el 31 de diciembre-, los viajeros que quisieron adquirir este miércoles los tiques con descuento lo tuvieron muy complicado. De hecho, los que cogen el primer AVE -el de las 6,40- tuvieron que pagar el billete normal (32,30 euros del ala) porque el sistema online de venta no les permitió hacerlo hasta pasadas las 7 de la mañana, cuando el tren ya había salido de la estación. Después ya pudieron comprar los bonos de diez viajes por 48 euros, pues están bonificados por el Gobierno central en un 50% y en un 25% por la Junta.
Si Renfe estableció el 1 de febrero como fecha para empezar a expedir los nuevos descuentos lo lógico hubiera sido que la venta de los bonos «se hubiera iniciado el día antes, el 31 de enero, o incluso alguna jornada antes», opina Carlos Perfecto, presidente de la Asociación de Usuarios del AVE de Castilla y León. «La presión a la que se han visto sometidos los últimos días los viajeros que acuden a Madrid a trabajar ha sido máxima», señala, para advertir que «en algún caso han tenido que pedir días libres y adelantar vacaciones para no tener que pagar billetes con los que se les va el sueldo mensual».
En este sentido, Perfecto indica que su asociación va a acudir al Ministerio de Transportes y al Defensor del Ciudadano Europeo para exigir que Renfe «asuma la pérdida patrimonial» que han sufrido los usuarios del AVE en estos días (...).
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