Una nueva vida sobre el tartán

ÁLVAR ORTEGA
-

Jimena Martín lleva ya ocho meses embarazada, lo que no le ha impedido entrenar y competir hasta el pasado domingo, cuando fue la sensación al acabar su quinta carrera en los últimos tres meses

Jimena Martín posa en las pistas de San Amaro con su abultada tripa de 32 semanas de embarazo. - Foto: Patricia

Jimena Martín ha competido en montaña, en un 3.000 obstáculos, 5.000, 10.000 e incluso ha intentado el medio maratón, sin embargo, nunca lo había hecho en las condiciones que le han convertido en el centro de atención durante los últimos meses. La recuperación de la rotura de su ligamento cruzado coindió con su embarazo, desde finales de año. Pero una vez recuperadas las sensaciones en la rodilla, volvió a ponerse las zapatillas para salir a entrenar, e incluso competir, con Yeray en su tripa. Juntos han participado en cinco competiciones en los últimos tres meses.

Un embarazo activo que «ha sido sobre la marcha» al comenzar a la vez que encaraba esa recuperación de su lesión. «Me habían confirmado justo el embarazo cuando lo que me fastidiaba era la rodilla, porque solo me había salido un michelín», comenta entre risas la que fue subcampeona de España de montaña en 2017. «Yo siempre había querido llevar un embarazo activo hasta el cuarto o quinto mes. Pero al principio las sensaciones eran horribles por la rodilla, que estaba como una piedra y no respondía. En febrero y marzo, que hacía seis meses de la operación, ya fue cuando empecé a encontrarme bien», recuerda sobre el momento en el que volvió a entrenar y que coincidió con las semanas en las que «estaba empezando a tener tripa».

Primera carrera. Lejos de frenar su actividad deportiva, Jimena Martín se animó a participar en una carrera organizada en su pueblo, Montamarta, en Zamora. «Dos años de pandemia y la primera que se hace es en mi pueblo. Dije, 'me voy a acercar' y la intento hacer. Hasta entonces corría por Burgos, pero esta vez eran seis kilómetros», añade sobre la que sería la primera de las cinco competiciones en las que ha participado en los últimos meses. «Fui el centro de atención porque ya se me veía la tripa», pero el consejo de la médica derribó sus prejuicios y le animó a seguir corriendo si «las pulsaciones y el suelo pélvico» se lo permitían.

Jimena Martín ha compatibilizado el embarazo con el tartán hasta los ocho meses.Jimena Martín ha compatibilizado el embarazo con el tartán hasta los ocho meses. - Foto: Patricia

«Las pulsaciones no pueden subir mucho porque ahí es cuando le falta el oxígeno a él. Pero es que a estos ritmos no me suben nada al estar acostumbrada a mucho más. Ni me he tenido que preocupar por eso», afirma la burgalesa, que no cumplió su palabra al decir que la Jimena Running, en Sotopalacios, sería su «última carrera». Tampoco lo fue un trail en Zamora ni la legua de Baltanás, en Palencia, pues el pasado domingo dejó con la boca abierta y las manos cansadas de aplaudir a cientos de personas en el 10k de Zaragoza.

«Fue increíble», recuerda sobre una «experiencia similar a la de ganar una carrera» y que, definitivamente, ha sido su última competición antes de parir. Pero una vez Yeray nazca, presumiblemente a mediados de agosto, su madre ya tiene objetivos. En octubre quiere participar en el Campeonato de España de cinco kilómetros en ruta. Y es que el atletismo es su único modelo de vida. Y también lo está siendo para Yeray.

El primer dorsal de Yeray. El pasado domingo, Jimena Martín, junto a su pareja y otro familiar, se animó a correr el popular 10k de Zaragoza, donde consiguió una marca de 53 minutos y 37 segundos, a 30 grados de temperatura y... ¡terminando su semana 31 de gestación! En el dorsal, con el número 290, no solo aparecía su nombre, también incluyó el del pequeño Yeray a su lado. 'Jime y Yeray', pudieron leer algunos de los miles de participantes de la cita, en la que Toni Abadía fue el más rápido de la carrera masculina y Malika Asahssah en la femenina. Sin embargo, ninguno se llevó tantos aplausos y ánimos como Jimena Martín. «Entre más de 2.000 personas pensaba que iba a pasar desapercibida... pero no», confiesa.