Reforma de la Constitución, pero con consenso

SPC
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Cuatro profesores de las universidades públicas de la Comunidad reflexionan sobre las fortalezas, trayectoria y futuro de la máxima norma de convivencia de los españoles

Reforma de la Constitución, pero con consenso - Foto: Eduardo Margareto ICAL

Cuatro expertos constitucionalistas de las universidades públicas de Castilla y León defendieron hoy que la Constitución de 1978 está viva y es garantía para los ciudadanos y las instituciones, aunque se decantaron por introducir reformas para su actualización y para cerrar el estado autonómico, pero siempre desde el consenso.

Los catedráticos de Derecho Constitucional de las universidades de Valladolid, Fernando Rey; de Salamanca, Ángela Figueruelo; de León, Esther Seijas, y de Burgos, Luis Esteban Delgado, reflexionaron sobre las fortalezas, trayectoria y futuro de la máxima norma de convivencia de los españoles en una jornada organizada por el Consejo Consultivo de Castilla y León.

Ángela Figueruelo y Esther Seijas manifestaron que la descentralización, reflejada en el título VIII de la Constitución, "se hizo como se pudo" y defendieron "adaptaciones", reformas o su implementación, a la vez que coincidieron en que el artículo 2 habla de unidad y nacionalidades y regiones pero prevalece el principio de unidad del Estado sobre el derecho autonómico.

Fernando Rey también observó un problema estructural en el estado de las autonomías e ironizó con que "España no se rompe porque nunca ha estado unida" y Luis Esteban Delgado también habló de "dar una vuelta considerable" al título octavo de la Constitución, aunque indicó que las nacionalidades y regiones son todas comunidades autónomas.

En este sentido, la catedrática de la Universidad de Salamanca, que subrayó que el estado de las autonomías quedó interrumpido en 1936 y está "indefinido, inacabado y abierto", argumentó que igualar a las 17 será difícil porque "las que llevan la delantera" no van a querer, aunque sí planteó en una futura reforma introducir la denominación de todas las autonomías.

Tras expresar que el concierto vasco y navarro es "una contraprestación a las minorías" que los gobiernos de distintos colores "siguen pagando, porque no se negocia gratis", resaltó que, pese a ello, "se ha salido adelante con este texto".

"La política nacional se hace desde la óptica independentista", apostilló después Fernando Rey, que indició en como la política territorial unida a la falta de dinero a partir de 2011 por la crisis económica y financiera ha supuesto el nacimiento de los populismos de izquierda (Podemos) y de derecha (Vox), en este caso más por la cuestión catalana.

Esther Seijas, cuya tesis versó sobre "la configuración asimétrica de las comunidades autónomas", se presentó como "una convencida" de la descentralización y del federalismo como solución a los problemas territoriales, si bien en este momento abogó por "primar el estado social" y rechazó que las comunidades sean "contrapoderes".

Entre posibles reformas, Seijas habló del desarrollo legal de la Jefatura del Estado y Figueruelo lamentó que la voz de las mujeres no se escuchara y la redacción de la Constitución este en masculino genérico. "No se da el ambiente adecuado para la reforma", apostilló Luis Esteban Delgado.

Un muro de protección

Por su parte, Rey separó dos momento en esta trayectoria constitucional, los primeros 33 años de desarrollo institucional, con estabilidad y optimismo, y el momento en el que "se fastidió", lo que achacó a la crisis que supuso contar con menos dinero y llevó, en su opinión a una radicalización, germen del nacimiento de los populismos y de una mayor exigencia de los independentistas catalanes que pidieron un concierto como el vasco y un referéndum de autodeterminación.

Los cuatro subrayaron que la Constitución no contempla el referéndum, donde Rey manifestó que el texto constitucional es "un muro y protege" ante esa petición independentista. "Hay que vivir respetando las normas que obligan a gobernantes y gobernados", afirmó Ángela Figueruelo.

Precisamente, Delgado vio "ventajas más que inconvenientes" en la rigidez de la Constitución para una reforma y destacó que el estado constitucional "ha salido de estados críticos", como aplicar por primera vez los artículo 155 de la Constitución, para Cataluña, o el 116 de estado de alarma por la pandemia.

Finalmente, Rey afirmó que "menos mal que existe la Constitución con su mala salud de hierro", Ángela Figueruelo manifestó que "no es un texto perfecto" pero es "el mejor ", Esther Seijas abogó por la cultura constitucional y Luis Esteban Delgado diagnóstico "una buena salud, con algún achaque", pero los cuatro valoraron la generosidad de los constituyentes, aunque Figueruelo puso el protagonismo en el pueblo español que quería "democracia y vivir en paz".