«Sonorama es fundamental en nuestra trayectoria»

A.S.R.
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Shinova contribuirá a hacer inolvidable la noche del viernes 12

Gabriel de la Rosa, durante una de sus participaciones en Sonorama. - Foto: Arcalle

Los caminos de Shinova y Sonorama se cruzaron y desde entonces escriben una bonita, «muy, muy bonita», historia juntos. De la carpa Future Stars al Escenario Ribera del Duero pasando por la plaza del Trigo. «Sonorama ha sido, es y será fundamental en nuestra trayectoria como banda y como público es un festival único, necesario. Sonorama es muy especial para nosotros y creo que para todo el mundo». Palabra de Gabriel de la Rosa, voz del quinteto. 

No habla por hablar. Cuenta que el concierto en la famosa ágora de Aranda cambió y aceleró el rumbo del grupo en 2016, que el que dieron en el escenario principal en el recinto ferial en 2019 resultó increíble. «Más allá de estos grandes momentos, hemos vivido muchísimos preciosos e inolvidables, tanto en el escenario como abajo, entre la gente, disfrutando de un festival muy, muy especial y diferente», se explaya la cabeza visible de una formación que completan Erlantz Prieto (guitarra), Dani del Valle (guitarra), Ander Cabello (bajo) y Joshua Froufe Frou (batería). 

Ahora tocan para miles de seguidores, en los festivales más punteros, en salas de grandes aforos, pero no se olvidan de las veinte personas que los vieron por primera vez en aquella carpa Future Stars. «Esas siguen estando hoy en día. Fue un primer pasito que, a la larga, fue uno muy importante», remacha antes de trasladarse seis años atrás hasta el Trigo. 

«Recuerdo el momento antes de entrar en el escenario y cuando salíamos, pero lo que sucedió en medio es como una nebulosa que tengo difusa en mi cabeza, pero sé que fue impresionante. Después viendo vídeos, sorprendido, dices 'nosotros éramos los que estábamos ahí'», evoca tras advertir que puede parecer una exageración, pero no lo es. «Ha sido uno de los grandes momentos, ya no solo como músicos, sino de nuestra vida, por intensidad, por emocionante, por todo», continúa y revive el vértigo que sintieron al escuchar a miles de voces pidiendo '¡Escenario principal! ¡Escenario principal!'. Ocurrió y, dice, fue una maravilla. 

«Nos dimos cuenta de lo que había sucedido allí después, cuando tocábamos en las salas y nos encontrábamos con sonorámicos que nos habían visto y luego se cruzaban el país para seguir la gira», se maravilla y admite que una de las sorpresas bonitas de un festival es ese descubrimiento de un artista nuevo. A él, comparte, le ha pasado. 

Y, a bote pronto, pronuncia el nombre de La M.O.D.A. «La primera vez que supe de ellos, que ya tenían su recorrido de gente trabajadora, fue en Sonorama y me quedé asustado. Una burrada de banda, buenísimos, con una actitud tremenda. A día de hoy sigue siendo una de mis bandas de cabecera, como tantísimas otras», piropea y reitera: «Sonorama ha sido muy importante en muchos sentidos y por muchas razones». 

Y habla en ese momento de «conexión emocional» con la gente que lo forma. «Los festivales son el reflejo de los corazones que lo impulsan y las cabezas que lo piensan y Sonorama tiene a gente sencilla y apasionada por la música y muchos han conectado con esa filosofía. Nosotros nos incluimos», valora y se autorretrata, como los de Art de Troya, gente sencilla y enamorada de la música. Por eso, para ellos, desde el principio Sonorama es casa: «Un pueblo entero se convierte en casa de mucha gente, que vive cinco días espectaculares». 

Shinova contribuirá a hacer inolvidable la noche del viernes 12. Dibujará un concierto especial, como todos. Habrá sorpresas, pero guarda silencio para que no desaparezca la magia.