Desde el curso pasado han sido varios los equipos directivos de colegios de la capital los que han expresado públicamente sus quejas por la falta de mantenimiento de sus instalaciones. Un cometido, al igual que el de conservación y vigilancia, que atañe al Ayuntamiento, mientras que las obras de mejora, reforma y sustitución competen a la Junta. La delgada línea que a veces existe entre ambas responsabilidades hace que sean los centros los que sufran las consecuencias, de tal forma que la falta de arreglos lleve consigo un mayor deterioro.

Ante la llegada de reclamaciones, la Dirección Provincial de Educación solicitó una reunión técnica con representantes municipales, que contó con la asistencia del responsable del primer departamento, José Antonio Antón, y del alcalde, Daniel de la Rosa. El fin del encuentro consistió en «coordinar intervenciones», exponiendo por parte de la primera administración un listado de centros que requieren arreglos urgentes. Se trata del Padre Manjón, que presenta humedades, deterioro en los accesos y un cambio de la caldera, del que se ocuparán de forma conjunta.

El Solar del Cid urge medidas para acabar con los daños que están ocasionando las palomas, además de la reparación de las cornisas, las escaleras de entrada y el arreglo de la acera. Por su parte, en el caso del Antonio Machado una de las pistas deportivas presenta daños, además del lucernario, donde la pintura se está desconchando, mientras que en el Francisco de Vitoria las necesidades pasan por reparar una pared y solucionar fugas de agua. A estas mejoras trasladadas por la Dirección Provincial de Educación se añaden otras que también se pusieron encima de la mesa, grietas en el patio de Fuentecillas y una gotera en el Rodríguez de Valcárcel.

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