El plan original del Ayuntamiento de Frías sobre la reforma de la instalación del antiguo cámping, arrasado por una riada en 2015, y la construcción de una nueva zona de ocio y deportiva se ha visto afectado por la actualización de los mapas de peligrosidad y riesgo de inundación en la cuenca del Ebro. Por ello y muy a su pesar, el equipo de gobierno se ha visto obligado a enterrar el proyecto.
En mayo de 2021, los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro emitieron un nuevo documento modificado y fuentes municipales declaran que según la información transmitida, «los niveles de crecida actualizados tienen en cuenta, además de la topografía del terreno y la hidrología, factores probabilísticos de ocurrencia».
A la vista también de la periodicidad con la que se producen las avenidas ordinarias y extraordinarias del río a su paso por el municipio -las últimas importantes en enero de 2015, enero de 2019 y las dos ultimas en diciembre de 2021- se establece que los niveles de inundación sean superiores a los anteriores a mayo de 2021, «dejando en situación cada vez mas precaria a la instalación, lo que implicaría un aumento inasumible para este Ayuntamiento de los gastos previstos para las reparaciones derivadas de los daños producidos por los desbordamientos», explican.
El aumento de la frecuencia de las crecidas junto con la previsión de que además se vean incrementadas por el cambio climático, así como el mal estado de las edificaciones a rehabilitar, en las que se habían realizado catas previas a la redacción del proyecto que no pudieron determinar el alcance real del deterioro, provocaron a la corporación municipal replantearse la viabilidad futura del proyecto, acordando finalmente la suspensión definitiva y el futuro desmantelamiento de los restos que han sobrevivido al río y a los vándalos.
Enresa premió a la ciudad fredense con 160.000 euros con los que se financiaría en torno al 50% de las actividades incluidas en el Plan General de Residuos Radiactivos para poder ejecutarla. La actuación completa realizaría en tres anualidades y los primeros pasos ya se habían dado en los últimos meses del pasado año. El Consistorio inició los trámites para desarrollar las actuaciones que le permitían recuperar el área, e incluso se llegó a desarrollar alguna de las actuaciones de limpieza de la maleza y la retirada de los escombros del recinto «valorada en torno a 3.000 euros», aclara el alcalde, José Luis Gómez.
El ambicioso proyecto, cuyo presupuesto inicial rondaba los 320.000 euros, contemplaba transformar el espacio en una zona de ocio con bar-restaurante, piscinas, duchas, una zona para picnic y otra de juegos para los más pequeños. «Desde el equipo de gobierno somos conscientes del malestar que esta difícil decisión pueda crear en algunos de nuestros vecinos. A día de hoy trabajamos en buscar alternativas que puedan suplir tan dura resolución», manifiesta Elena Santamaría, edil de Urbanismo.