Una calima histórica tiñe Burgos a la espera de remitir hoy

L.M.
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La llegada de polvo procedente del desierto del Sáhara desde la madrugada de ayer dejó una estampa inédita en Burgos pero apenas generó incidentes

La intensa calima dificultó mucho la visibilidad durante toda la jornada. - Foto: Valdivielso

La distancia entre Burgos y el desierto del Sáhara es de nada más y nada menos que 1.500 kilómetros. Sin embargo, desde la madrugada de ayer martes y hasta la tarde noche de este miércoles el polvo procedente del desierto es un elemento más en el día a día de los vecinos de la provincia y de buena parte de la Península Ibérica.

La irrupción de la borrasca Celia ha venido acompañada de una elevada cantidad de materia en suspensión que tiñe el paisaje de marrón. Se trata de un episodio «extraordinario», según la Agencia Estatal de Meteorología, y que remitirá a lo largo de hoy y con mayor intensidad mañana jueves.

La entrada de viento del nordeste ayudará a mitigar la intensa bruma y a limpiar parte de ese polvo que, no obstante, no causó incidentes reseñables en Burgos. El Ayuntamiento reforzó desde la noche del lunes la limpieza en las calles con una decena de máquinas barredoras de agua que ayudaron a mitigar la acumulación de polvo. Pese a sus esfuerzos, la persistencia de la calima rápidamente volvía a teñir de marrón cada rincón de la ciudad.

Los únicos percances fueron las molestias que causó a los viandantes: irritación de ojos, tos y afecciones mayores en personas con problemas respiratorios. Del mismo modo, el polvo en el suelo provocó que este se volviera más resbaladizo, aunque no se reportaron caídas o accidentes de tráfico (...).

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