'Speed' mezclado con cabezas de santos

I.E.-P.C.P.
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El cabecilla de la red de tráfico de drogas desarticulada por la Policía Nacional fue juzgado por robar dos bustos de la portada de la iglesia de San Esteban, en Burgos capital, hace 8 años

Cándido S.M., alias ‘El Candi’, entra en los juzgados por una de las diferentes causas que ha protagonizado. - Foto: DB

Quienes trafican con estupefacientes saben que las sustancias de corte son casi tan importantes como la droga en sí, porque en función de su calidad y cantidad se coloca mejor o peor en el mercado. Aún no ha dado tiempo a analizar el speed de Aranda de Duero, que en principio no estaba adulterado, pero no sería de extrañar que tuvieran pensado mezclarlo con piedra caliza procedente de algún templo religioso de la provincia.

El cabecilla de la organización desarticulada por la Comisaría Provincial la semana pasada fue identificado como Cándido S.M., de 58 años, más conocido en los círculos policiales y judiciales como El Candi. Acumula diversos antecedentes, aunque saltó a la fama tras ser detenido como el principal sospechoso del robo de las cabezas de dos santos del pórtico de la iglesia de San Esteban, en Burgos capital, hace 8 años.

Los mandos policiales explicaron el pasado sábado en Aranda de Duero que este detenido y su cómplice, A.R.C., habían «subido en el escalafón» de los traficantes de droga y de camellos pasaron a distribuidores. Pero El Candi no ha podido olvidar su afición por las obras de arte, especialmente sacro. Una obsesión que viene de lejos. Cuando fue detenido ya acumulaba antecedentes por delitos contra el patrimonio, como la sustracción de cable de cobre en el polideportivo Lavaderos, pero también en una tienda de antigüedades del centro de la capital. Tampoco parece haber terminado. En el bajo de la calle Pedro Sanz Abad donde la Policía Nacional se incautó de los 15 kilos de speed han sido encontrados algunos efectos religiosos, cuya procedencia tendrá que esclarecer el Cuerpo Nacional de Policía.

Aunque siempre fue el principal y único sospechoso del robo de San Esteban, El Candi salió prácticamente indemne de aquello. Siempre negó haber protagonizado el chapucero golpe y solo reconoció habérselas encontrado en un contenedor, sin saber de dónde procedían. El Juzgado de lo Penal número 3 no dio crédito a esa versión pero tampoco consideró probado que hubiera participado en el hurto, por lo que le condenó por receptación a un año de cárcel. Posteriormente, la Audiencia Provincial rebajó la pena a tan solo 3 meses, al aplicarle la atenuante de drogadicción, y le eximió de pagar a la Diócesis los 4.925 euros en que se valoraron los daños causados a los bustos de San Pedro y San Lorenzo, precisamente por no quedar acreditado que los robase. 

Después de su detención, en 2012, Cándido Sanz fue condenado a 5 años de cárcel como autor de un delito de robo con fuerza y otro de tráfico de drogas cometidos en 2009. La madrugada del 20 de abril de ese año acudió con el coche de un amigo a dos establecimientos de la carretera N-I, en Rubena. Tras romper el cristal de uno y la cerradura y la puerta de otro, se coló dentro y sustrajo un taladro, unos destornilladores, un martillo, un alargador, etc. 

Al ser sorprendido por la Guardia Civil, se dio a la fuga corriendo y dejó el coche abandonado. Poco después, se personó su pareja con una grúa para hacerse cargo del vehículo, lo que aprovecharon los agentes para registrar el automóvil. Encontraron 25,52 gramos de cocaína, 42 pastillas de éxtasis y pequeñas cantidades de otras drogas, valoradas todas ellas en 4.123,84 euros.