La FP en Aranda registra un ligero repunte y suma 900 alumnos

L. NÚÑEZ
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Entre la formación más demandada en los cuatro centros de la capital ribereña se incluye soldadura, mecatrónica industrial, instalaciones eléctricas y mantenimiento

Noel Meléndez y Dani Camarero, alumnos de FP de Soldadura. - Foto: L.N.

Crece el atractivo de la Formación Profesional. Curso tras curso, los cuatro centros educativos de Aranda de Duero que imparten grados medios y superiores están consiguiendo mantener y, en algunos casos, aumentar el número de alumnos matriculados. En estos momentos, entre el Centro Público Integrado de FP Santa Catalina, el instituto Juan Martín El Empecinado, San Gabriel e Icede suman un total de 918 estudiantes.  

Se trata de una cifra ligeramente superior a la registrada en los últimos años por diversos factores. Por un lado, determinadas formaciones como el grado medio de soldadura y calderería han experimentado una subida «considerable» en  el número de alumnos, según apunta el jefe de estudios de San Gabriel, Ismael Martínez. También ha aumentado el interés hacia los módulos relacionados con ámbitos como la mecatrónica, el mantenimiento electrónico y la informática. A ello se suma que el abanico de opciones de estudio ha crecido ya que en el CIFP Santa Catalina se ha empezado a impartir este curso un grado de asistencia a la dirección y en San Gabriel otro de automatización y robótica. Así las cosas, Santa Catalina cuenta con 384 alumnos que cursan alguno de sus 11 estudios de FP (desde administración y finanzas, comercio internacional, desarrollo de aplicaciones web o animación sociodeportiva); el instituto Juan Martín El Empecinado suma 173 entre mecatrónica, mantenimiento electromecánico, electromecánica de vehículos, peluquería y cosmética y fabricación y montaje; San Gabriel tiene inscritos otros 187 estudiantes entre vitivinicultura, soldadura y calderería, aceites de oliva y vino o panadería y repostería, entre otros; y  a ellos hay que añadir los 174 alumnos del centro Icede, que oferta FP de cuidados auxiliares de enfermería, gestión administrativa o servicios comerciales. 

En líneas generales, los responsables de la mayoría de los centros apuntan que en los últimos años han vivido una cierta estabilidad de matrículas, con pequeños repuntes en todo lo que tiene que ver con perfiles ligados al ámbito industrial. De hecho, no dudan en remarcan la «muy buena sintonía» que existe con el tejido empresarial, como destaca Noelia Gútiez, jefa de estudios del CIFP Santa Catalina. «La FP va ganando impulso, está claro. Hay inversión en recursos por parte del Ministerio y el profesorado  se implica cada vez más en un entorno continuamente cambiante», agrega. En su opinión, hay margen para crecer y aplaude que esté aumentando la oferta con ciclos superiores. Por su parte, Martínez destaca que prácticamente el 100% de los alumnos que cursa FP ya está trabajando. Ahora bien, subraya que aunque «estamos en un año muy bueno», las aulas todavía no están llenas y advierte: «No hay suficientes alumnos para la demanda de empleo que existe». 

Oneida Borges, alumna de FP de Mantenimiento electrónico.Oneida Borges, alumna de FP de Mantenimiento electrónico. - Foto: L.N.

Noel Meléndez y Dani Camarero | FP de Soldadura

«Me gustaría combinar el trabajo de soldador con el de agricultor»

Con 16 y 17 años, Noel Meléndez y Dani Camarero van camino de convertirse en una especie de 'chicos de oro' de la FP. Porque ambos estudian soldadura y calderería y porque la demanda por parte de las empresas de Aranda y la Ribera de este tipo de perfiles es muy elevada. Vamos, que se les rifan. 

Así lo constata el jefe de estudios del Colegio San Gabriel, Ismael Martínez. Destaca que este curso se ha registrado «una subida importante» en el número de matrículas del grado medio de soldadura y calderería, que ha pasado de 13 a 20 alumnos, al hilo de lo que reclama el mercado laboral. También aumenta progresivamente el número de convenios que el centro educativo tiene firmados con distintas compañías y que ya rondan la veintena. Hasta sus aulas en La Aguilera llegan estudiantes de Aranda y los distintos pueblos de la Ribera del Duero, pero también de Burgos capital o Lerma. En gran medida, motivados por la altísima inserción laboral. «Prácticamente el 100% de los alumnos están trabajando. Muchos hacen las prácticas y después les contratan en esas mismas empresas», apunta Martínez. Los estudiantes de soldadura de San Gabriel también tienen la posibilidad de optar al programa Erasmus+ y realizar la parte práctica en el extranjero, algo que cada vez les resulta más atractivo. Aunque siempre hay quienes tienen cierto temor a salir y perder la oportunidad de entrar en una empresa de la zona, el jefe de estudios de San Gabriel remarca que «todos los que se van de Erasmus, al volver han encontrado trabajo». 

Carlos Herrera y David Ferreira, alumnos de FP de Robótica.Carlos Herrera y David Ferreira, alumnos de FP de Robótica. - Foto: L.N.

Sea como fuere, Martínez subraya la importancia de la formación práctica en este grado medio, ya que los alumnos «enseguida bajan al taller y disfrutan». De ello dan fe Dani y Noel. El primero, natural de Cilleruelo de Abajo, procede de una familia de agricultores. Cuenta que con bastante frecuencia necesitan enviar aparatos a soldar. A él le tira este mundillo, por lo que ha decidido formarse en ello. «Me está gustando. Hay que estudiar, pero es algo que te va a servir, es distinto al instituto», indica. De aquí a un tiempo, su idea pasa por compatibilizar la soldadura con la agricultura: «Si me sale trabajo fijo de soldador, pues trabajaré de ello y por las tardes iré al campo». Mientras, Noel, cuyos padres también son agricultores en Palencia, ha recalado en la FP animado por su madre, quien le comentó la posibilidad de desempeñarse profesionalmente en alguna petrolera dado que le gusta mucho el buceo. «Quiero hacer soldadura submarina, así que primero estudio el grado medio. Estoy contento», zanja.

Oneida Borges | FP de Mantenimiento electrónico

«He vuelto a los estudios porque quiero optar a un puesto mejor»

A sus 39 años, Oneida Borges ha regresado a las aulas. Se ha matriculado en el primer curso del grado superior en mantenimiento electrónico con un objetivo muy claro: optar a un puesto mejor dentro de su empresa. Ahora trabaja en producción y le gustaría dar el salto al área de mantenimiento electrónico. Así que durante dos años compaginará los estudios en el CIFPSanta Catalina con su empleo en Pascual. Es consciente de que no resultará una tarea del todo sencilla porque hay semanas en las que tiene horario de tarde, otras de noche y otras de mañana. Pero ella, que recaló en Aranda hace 23 años procedente de Cuba, se muestra segura de sí misma.  

En su día ya cursó dos grados medios: uno de auxiliar de enfermería y otro de gestión administrativa. Ahora, en el aula de retos del CIFPSanta Catalina, rodeada por cables y fuentes de alimentación, Oneida disfruta de su nueva formación. «Es maravilloso, estoy aprendiendo muchísimo. Funcionamos con retos, en equipos, es decir, que aunque recibimos formación teórica, todo lo pasamos después a la práctica. Eso te prepara para cuando vas a una empresa», explica al respecto. 

Ahora mismo, Borges, junto con el resto de alumnos del primer curso de mantenimiento electrónico, se encuentran trabajando en su primer reto: el diseño de un adorno navideño con 10 LED que han de encenderse y apagarse con un parpadeo (de la duración que estimen) utilizando cinco voltios o una fuente de alimentación ATX. «En eso estamos, tenemos hasta el 16 de diciembre». 

En su caso, después de haber tocado otras ramas profesionales, se ha decantado por mantenimiento electrónico como una forma de reciclarse. «Fui madre, hice un parón y al reincorporarme a la vida laboral pensé qué podía hacer que me gustase y tuviera salida», detalla Borges, mientras subraya que este grado superior tiene una inserción laboral muy alta, prácticamente del 100%.«Vamos que te va a dar trabajo sí o sí», recalca. «Y encima es bonito, se aprende mucho y me servirá para progresar en mi empresa». No puede pedir más. A ello se suman las facilidades que recibe por parte del centro, ya que cuando no puede asistir por motivos laborales, lo sigue de forma online. 

Por su parte, la jefa de estudios del CIFP Santa Catalina, Noelia Gútiez, destaca que cada vez se conoce más la existencia de la formación profesional, que «se percibe como una alternativa para insertarse en el mercado laboral con rapidez», además de que los alumnos adquieren capacidades técnicas y transversales como el trabajo en equipo, la comunicación o la iniciativa o la autonomía, «muy demandadas por las empresas». De hecho, subraya que hay «muy buena sintonía» con el tejido industrial de Aranda, ya que los estudiantes hacen allí sus prácticas y aplican los conocimientos que reciben en el aula. Entre los perfiles más demandados en este momento en la comarca se incluyen los de personal de mantenimiento electrónico, instalaciones eléctricas y automáticas, así como informática. 

Carlos Herrera y David Ferreira | FP de Robótica

«Hacía gran falta este grado en la Ribera. Si no, hay que marcharse»

David Ferreira, de 44 años, y Carlos Herrera, de 30, son dos de los 19 alumnos que en septiembre estrenaron el grado superior en automatización y robótica que se ha comenzado a impartir en San Gabriel. Ambos suman años de carrera profesional y si algo tienen claro es que la formación continua resulta clave. Por eso han regresado a las aulas: cada uno con su historia, pero los dos convencidos de la importancia de estar a la última y aprovechar las oportunidades que les puedan surgir en el futuro. 

En el caso de David, trabaja desde hace 16 años en GSK. Estudia por gusto, movido por el interés de aprender. «Desde que empecé a trabajar con 18 años hasta que me jubile, anda que no puede haber cambios. Hay que estar preparados. Lo contrario es inviable», sostiene. El grado superior de robótica le resultó interesante por abordar un ámbito actual y no se lo pensó dos veces. Compagina estudios y empleo. 

Mientras, Carlos, que trabajaba como soldador enTecnoaranda, ha decidido hacer un parón, cambiar de aires y dedicarse a estudiar. Las sensaciones, por ahora, «son muy buenas». Asegura que está aprendiendo mucho y que el hecho de «tener que darle al coco te ayuda a romper con la monotonía, que es lo que quería». Después de ocho años como soldador (estudios que también cursó enSan Gabriel), cuenta que ha apostado por seguir formándose y hacerlo en robótica por ser «el presente, más que el futuro como se suele decir». En el aula ya experimentan con varios robots que les han cedido empresas de la comarca.

«Vemos todo tipo de motores, instalaciones, hidráulica, programación... La verdad es que es difícil volver a coger la rutina de estudiar», admite. Ahora bien, por empeño no será. Herrera tiene claro que, como en todos los sectores, el aprendizaje debe ser continuo. «Si dejas de formarte, te comen. Si no te reciclas, olvídate. Cada vez se exige más». Por eso, teniendo en cuenta estas circunstancias, ambos agradecen que se haya implantado el grado en automatización y robótica en Aranda. «Hacía mucha falta, es una buena oportunidad», apunta Herrera, a lo que Ferreira añade:«Por algo Aranda es la tercera ciudad industrial de toda Castilla y León». 

Tampoco pasan por alto que, al final, si en la comarca no se ofrece una FP acorde a las exigencias del mercado, la gente no tendrá más remedio que marcharse. Y ya se sabe que «si te vas fuera, es muy seguro que te quedes fuera». Finalmente, Herrera anima a las empresas a que acojan a los estudiantes en prácticas.