Alemania pide un millón de mascarillas a una firma mirandesa

R.C.G.
-

EPM abrió hace un par de meses en el polígono de Bayas y ya está pensando en duplicar la plantilla de forma inmediata para hacer frente a la demanda. La empresa emplea a personas con discapacidad

La planta produce mascarillas del modelo FPP2. - Foto: Ó.C.

La tercera ola del coronavirus amenaza con poner contra las cuerdas la economía mundial aunque para algunas empresas es una oportunidad de negocio. Es el caso de Equipos de Protección Mirandeses (EPM), fábrica vinculada al Grupo Urbegi, que inició su andadura hace un par de meses y que ha recibido un número tan elevado de pedidos que ya está pensando en duplicar su plantilla.  

La planta abrió sus puertas en noviembre, pero un problema en la adaptación de la maquinaria le ha impedido empezar a comercializar hasta enero. Sin embargo, en unas semanas las ventas se han disparado hasta desbordar las previsiones. En el mercado nacional la compañía ha tenido buena acogida, pero el principal cliente a corto plazo es Alemania, país que ya ha decretado el uso obligatorio del modelo FPP2 en lugares públicos para frenar los contagios y con el que se están negociando contratos para fabricar más de un millón de mascarillas. La operación todavía no está cerrada ya que la competencia es máxima, sobre todo por   el precio del material procedente de China, aunque la empresa con sede en Bayas confía en llegar a un acuerdo ya que las negociaciones ya están muy avanzadas y se han enviado muestras. 

Actualmente Equipos de Protección Mirandeses únicamente tiene un turno de trabajo con seis empleados, por lo que su producción está limitada a tres millones de mascarillas anuales. En vista de la demanda existente, la compañía ya ha comenzado la búsqueda de personal para añadir otro turno, con la previsión de «sumar un tercero antes de final de año», asegura Jonatan Belarde, director de Desarrollo de Negocio de la compañía, quien asegura que una vez completada la fase de expansión se pueda llegar a producir más de nueve millones de FPP2. 

El motivo por el que se ha optado desde un inicio por este modelo, cuya confección es más compleja que la de uso quirúrgico, es que tiene mejor salida en el mercado a largo plazo, más allá de la pandemia. Aunque ahora el coronavirus ha disparado los pedidos, el objetivo de la empresa es perdurar en el tiempo y suministrar equipos de protección a profesionales. El Grupo Urbegi ya está presente en este sector, suministrando a residencias del País Vasco, y la idea es ampliar la red de clientes. Además, dentro del plan de futuro está la obtención de la homologación necesaria para elaborar mascarillas FPP3, que tienen un nivel de filtración superior. 

La puesta en marcha de EPM ha supuesto el desembarco de Urbegi en la ciudad, pero el grupo tiene en mente otras inversiones. El objetivo inicial era abrir un centro de trabajo de economía social para dar empleo a personas con discapacidad física, pero la pandemia ha obligado a posponer esa apuesta, aunque se retomarán los contactos con empresas locales que habían mostrado interés en externalizar procesos. Para compensarlo el grupo decidió abrir en Miranda la fábrica de equipos de protección que en principio se iba a instalar en Vizcaya, en la que también trabajan personas con discapacidad.