Esto no es imagen

B.G.R.
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Vecinos y empresarios del casco histórico se quejan de que hay contenedores rodeados de residuos, como en San Gil y Fernán González. La hostelería pide que se reorganice el horario de recogida

La calle Sombrerería es uno de los puntos donde se acumulan más residuos. - Foto: Luis López Araico

La imagen de una ciudad dice mucho a quien la visita, pero también a quien reside o trabaja en ella. El mantenimiento de la limpieza es fundamental en ese aspecto, aunque en el casco histórico hay puntos en los que esta deja mucho que desear. Uno de ellos es el entorno de la iglesia de San Gil, donde el malestar entre vecinos y empresarios va en aumento ante la estampa que ven todos los días: un contenedor orgánico rodeado de bolsas de basura, desperdicios e incluso colchones y somieres.

Fruto de comportamientos incívicos en algunos casos, a los que resulta más cómodo dejar los desechos en suelo antes que levantar la tapa, lo cierto es que ambos colectivos coinciden en subrayar que se trata de un lugar poco apropiado para la colocación de un contenedor y exigen al Ayuntamiento que lo cambie de ubicación, además de colocar más elementos en los que depositar los residuos. «Solo hay uno para un hotel y siete bares», explica un hostelero del entorno. 

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