La compleja situación de la antigua fábrica de lejías El Cid, en el barrio de El Crucero, con una subasta fallida y la inacción de los dueños desde hace más de una década ha motivado que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto para evitar cualquier responsabilidad en el caso de que ocurra un incendio como sucedió en Badalona o se derrumbe la estructura como consecuencia del deterioro y pille a los okupas que residen en el interior.
El camino será complicado y largo en el tiempo pero el concejal de Licencias, Julio Rodríguez-Vigil, ha decidido no quedarse de brazos cruzados y actuar. La vía será la declaración de ruina del inmueble en base a los artículos 107 y 108 de la Ley de Urbanismo de Castilla y León. «No parece que esté en ruina inminente pero el inmueble se encuentra en mal estado y sus propietarios han incumplido el deber de conservación», subrayó.
El Ayuntamiento iniciará el expediente pero deberá dar audiencia a «los dueños, a los ocupantes y a los demás titulares de derechos, así como a la Administración competente en materia de defensa del Patrimonio Histórico».
En primer lugar, se encargará un informe a la Agencia Tributaria -dado que subastó la nave y el solar por impagos pero quedó desierta-, para advertirle de la intención municipal de proceder al derribo por su avanzado estado de deterioro. Una vez que se logre su visto bueno se comunicará a los propietarios, un total de cinco (dos de los cuales están en paradero desconocido) para que presenten alegaciones. Si no se logra contactar con ellos, se publicará el requerimiento en el BOE, en el Boletín de la Provincia y en el tablón de anuncios del Ayuntamiento y se someterá la declaración de ruina a información pública. «Una vez superados todos estos procedimientos podremos declarar la ruina y demoler el inmueble», añadió.
El coste estimado se sitúa entre los 30.000 y 50.000 euros, cantidad que se tratará de incluir en el Presupuesto municipal de 2021 ahora en elaboración y si no fuera posible en alguna modificación de crédito. «No es algo inmediato. Tenemos que asumir que se tardarán varios meses o un año. Si en un futuro damos con los propietarios les giraremos los gastos pero tenemos que actuar ante las muchas quejas vecinales y para evitar accidentes».
Desde el año 2008, el Ayuntamiento lleva requiriendo a los propietarios (en su día Construcciones Dinco y que luego entró en concurso) que limpiara y cerrara la antigua fábrica pero hicieron caso omiso. Ya desde esa fecha fue okupado el edificio. Ocho años después exigieron el arreglo del tejado al desplomarse parte de él pero no hubo movimiento alguno. El interior acumula toneladas de basura.