Los hoteles facturan menos que en 2019 pese al alza de precios

B.G.R.
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La patronal afirma que no se ha repercutido la subida de hasta un 20% de los costes del sector. Mejoran la rentabilidad de 2021 al prever cerrar con 50,5 millones, pero no la del año prepandemia, que fue de 53

La ocupación ha sido superior a la de 2021 pero se ha quedado por debajo de la de hace tres años. - Foto: Alberto Rodrigo

A falta de poco más de un mes para terminar el año, los empresarios de hoteles hacen balance de un ejercicio irregular que ha permitido superar con creces los datos del pasado pero sin llegar a igualar los de 2019. La patronal del sector prevé que la facturación llegue a los 50,5 millones de euros durante este ejercicio, lo que representa un crecimiento del 42,2% respecto al anterior, cuando las restricciones por la covid seguían vigentes afectando sobre todo al turismo extranjero, y una caída del 4,2% si la comparativa se retrotrae a hace tres. 

Varios son los factores que explican una situación que se acerca a la tan esperada normalidad aunque todavía no se ha alcanzado. El presidente de la Federación de Hostelería, Luis Mata, apunta que el volumen de pernoctaciones continúa por debajo, según las previsiones realizadas a partir de los últimos datos disponibles del INE, de tal forma que el número de habitaciones ocupadas ascenderá 880.000, 100.000 menos que en 2019. A ello se suma un incremento del precio de la habitación, que ha pasado de 54 a 57,5 euros, que en términos porcentuales se traduce en un 6,5% más, lo que, tal y como subraya, queda lejos de la subida media del 20% de los gastos de los establecimientos. «Se ha repercutido muy poco en la tarifa final del cliente y de ahí que la rentabilidad será inferior», precisa.

Durante este ejercicio, el colectivo ha vivido periodos en los que no ha podido cumplir con las expectativas iniciales. Al respecto, el máximo representante de la patronal recuerda que enero y febrero resultaron «especialmente flojos», al igual que tampoco se llegó a las previsiones de la época estival, con una ocupación ligeramente inferior después de que abril, mayo y junio evolucionaran de manera muy favorable. De esta forma y en líneas generales, señala que «las consecuencias de la situación económica se dejan ya notar en el bolsillo de los turistas españoles y no tanto en los de los europeos que, además encuentran precios más bajos en las ciudades de interior».

La vuelta del turismo internacional es algo que el sector llevaba esperando desde que comenzara la pandemia, dado que se trata de un colectivo de gran peso en esta actividad, ya sea por el paso de viajeros de camino a la playa o por la afluencia de peregrinos del Camino de Santiago procedentes de otros países. Es aquí donde Mata hace referencia a una «normalidad» en lo respecta al «reparto interno» de las pernoctaciones entre las distintas provincias de Castilla y León, apuntando a que Burgos se ha vuelto a situar por delante de León o Valladolid, recuperando una posición perdida por la crisis sanitaria.

Las cifras así lo revelan si se comparan con las de 2021, cuando el número de noches ocupadas fue de solo 670.000, el precio de las habitaciones ascendió a 53 euros de media por la menor demanda y la facturación anual se quedó en 35,5 millones. Con todo ello y de cara a la próxima anualidad, la incertidumbre planea de nuevo entre los empresarios, a quienes las preguntas se les suceden sin que por ahora tengan respuesta. «No sabemos cuánto va a durar la guerra en Ucrania, la inflación disparada o qué políticas económicas se van a poner en marcha para cortar esta situación», subraya Mata, al tiempo que sostiene que dependiendo de todas estas circunstancias «será más fácil o no salir de la crisis».

No obstante, se muestra tajante en lo que se refiere a la plena recuperación del sector y poder igualar las cifras de 2019, que considera que «aún esta lejos». Considera que esa dependencia burgalesa del turismo extranjero puede resultar una «ventaja» respecto a otros destinos similares, aunque esto no compense la paralización del turismo de empresa, del que 'viven' los hoteles fuera de los fines de semana. «Todavía no ha empezado a funcionar», lamenta, sin que por el momento augure visos de que pueda hacerlo debido a una contención de los gastos de las empresas, incluyendo la supresión de reuniones presenciales por telemáticas para evitar desplazamientos.