Son muchos los expertos que opinan que las personas más afectadas por la pandemia han sido los mayores y los menores de edad. Y de estos últimos, fundamentalmente los adolescentes. Que la salud mental esté en boga no es algo casual. El confinamiento durante veinticuatro horas ha generado trastornos psicosociales y está por ver todavía las consecuencias a medio y largo plazo. En el Juzgado de Menores también achacan a este problema el repunte en los últimos meses de los delitos entre chavales que presentan conductas preocupantes. También se han incrementado los internamientos forzosos en psiquiatría.
La primera señal que despertó cierta preocupación en Menores llegó nada más terminar el primer estado de alarma. Durante aquellos meses de 2020, jóvenes que nunca habían tenido problemas de comportamiento ni en el colegio ni en sus casas terminaron sentados en el banquillo por infracciones, principalmente, de violencia doméstica. La jueza Blanca Subiñas ya lo achacó al confinamiento, pues antes de la covid eran chavales que tenían una vida muy estructurada. «En el momento en el que hubo un desorden, afloraron los conflictos», advirtió entonces.
La memoria del Ministerio Fiscal avaló poco más tarde esta percepción. Y es que, pese a los tres meses de encierro y las semanas de toque de queda, los delitos de violencia doméstica se incrementaron cerca de un 25% en 2020. Este tipo de asuntos supusieron entre una cuarta parte y un tercio de todas las infracciones que se tratan en esta jurisdicción.
Pero lo que se ha producido en los últimos meses va más allá de la agresión a un padre, a un abuelo, a un tío o a un hermano. La violencia está envuelta de un tipo de conducta psicosocial que se repite entre los infractores. «Están llegando chicos con patologías que antes nunca había visto. Puede que aún sea pronto para buscar una explicación, pero parece evidente que la covid ha causado serios problemas de salud mental», indica Subiñas (...).
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