La Parrala: una encantada y canalla anfitriona

ALMUDENA SANZ
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La Parrala se estrena como escenario de los Sampedros, abre sus puertas de par en par y recibe radiante al público, pese a que, en general, la vuelta a la normalidad en el sector avanza a cámara lenta

Ana García, Fran de Benito, Violeta Ollauri y Quique Méndez (de i. a d.) ponen voz al Centro de Creación Escénica. - Foto: Valdivielso

La Parrala se viste de fiesta para convertirse por primera vez en anfitriona de San Pedro y San Pablo, aunque lo hará pendiente de que el dueño y señor del edificio, léase el Ayuntamiento, empiece el anunciado acicalamiento del lugar. Cuitas aparte, sus moradores están nerviosos, por supuesto, quieren que todo salga perfecto, pero ayuda, y mucho, que estos dos santos son viejos conocidos. Sus caminos se cruzan cada año. De una u otra manera. Aunque confiesan que en esta ocasión es especial porque los recibirán en su casa. 34 compañías, más de un centenar de socios, trabajan en este Centro de Creación Escénica. Sus presidente y vicepresidente, Fran de Benito y Quique Méndez, la expresidenta Violeta Ollauri y la secretaria, Ana García, integrante desde el minuto uno de la asociación, ponen voz a las emociones que los asaltan y al momento en el que llega esta ilustre visita. Estos dos personajes no vienen solos. Llegan con una larga parentela, la que se sume a Parrala's Nuit, el programa de artes escénicas que se desplegará en el jardín de esta casa. 

Una casa que, además, está de aniversario. Este 2002 cumple dos décadas como un importante agente cultural de la ciudad (la alfombra roja, a finales de año). La Parrala tiene mucho que celebrar. También algo que lamentar, que lo suyo sí es puro teatro, pero no jauja. Primero, los confetis de colores. 

«Una de las consecuencias importantes de que las fiestas lleguen es que, como son algo muy grande y muy de la ciudadanía, atraerán a nuevos públicos, a gente que habitualmente no se acerca por aquí. ¡San Pedro mueve a todo el mundo!», resalta García y observa que ya han llamado a su puerta burgaleses atraídos por este ciclo que no sabían de la existencia del espacio. 

Todos estos invitados (aforo máximo de 200) se aposentarán en el jardín, recuperado hace cuatro años. Los representantes de los residentes se muestran entusiasmados. Lo pondrán bonito, más bonito. Con lucecitas de ambiente cabaretero, una barra para saciar lo que haya que saciar... 

«Esperemos que la gente venga y que le guste para así tener una segunda edición, y una tercera, y una cuarta... Y podamos recibir a los invitados cada año», se emociona el presidente. «Para mí es muy bonito recibir a gente, no solo a los espectadores, también a las compañías, y prepararlo todo para que estén muy a gusto», apostilla el vicepresidente. «Los teatreros, además, somos muy fieles a las Noches de Humor (a priori, precedente de este ciclo), son para nosotros un punto de encuentro», agrega Ollauri. «A nosotros nuestro jardín nos parece maravilloso, pero al resto...», deja caer García. 

Se hará a cielo raso porque en ninguna de sus estancias interiores se puede programar en la actualidad. Otra cosa será tras la rehabilitación integral que ejecutará el Consistorio y que, aunque se está retrasando respecto a la hoja de ruta prevista, los teatreros sí esperan que permita un antes y un después a la hora de traer propuestas y mostrar las que se alumbran en este lugar. Porque, aclara el mandamás, La Parrala es ante todo un espacio para la producción. 

«Somos un agente cultural más de la ciudad y aunque programar no es nuestro objetivo principal, sí nos interesa crear rutinas que atraigan a los espectadores», destaca Méndez y expresa De Benito la ilusión que les hace que vengan compañías de fuera a mostrar sus propuestas, «todo alimenta». 

«Para mí es un gustazo que el Ayuntamiento quiera programar en La Parrala porque da vida al centro, nos considera un sitio para ello. Que venga gente nos da vida, ahora mismo es un espacio infrautilizado», convienen presi y vice, felices con la oportunidad de colaborar con los Sampedros y, en septiembre, con el Festival Tribu. 

Esta apertura de puertas obliga a sus moradores a ponerse el delantal y coger la escoba para dejar la casa como los chorros del oro. Lejos de arrugar el morro, se han tomados las jornadas previas de limpieza e intendencia como una excusa para la convivencia entre ellos, que, siendo una familia tan extensa, a veces solo se ven de refilón. 

Se contonea canalla la anfitriona, pero la procesión va por dentro. El sector de las artes escénicas, en general, avanza despacio tras la pandemia. Y, a decir de estos cuatro creadores, los bolos en la provincia burgalesa brillan por su ausencia, ni la ciudad ni los pueblos andan boyantes. De hecho, anotan que tienen más citas fuera que dentro de su tierra. «La sensación es rara», convienen. «No recuerdo un año en el que las cosas fueran tan mal», remacha De Benito, y matiza que habla por él. «Yo tengo sensación de parálisis», agrega García, que, desde la oficina de La Parrala, está en contacto con los miembros de las compañías continuamente. 

Apuntan su dedo acusador a la falta de una política cultural clara, a la ausencia de las artes escénicas en las escuelas... 

Pero con San Pedro y San Pablo a punto de tocar el timbre olvidan esos nubarrones y se ponen festivos. «Tanto en las épocas buenas, porque nos va bien, como en las malas, porque nos debemos poner las pilas, al final siempre tenemos una energía optimista y con ganas de crear. Nuestro trabajo nos exige una predisposición positiva. ¡Somos una fiesta!», lanza el presi.

Y esa fiesta se multiplica durante los Sampedros. Aunque para los artistas sean sinónimo de trabajo, también ha lugar a la diversión, a brindar al final de la función, a volver a ser un niño durante las sesiones de fuegos artificiales, a saludar de otra manera al vecino del cuarto... Incluso los bolos durante esos días destilan un encanto especial. «El público de San Pedro es muy a favor, muy de disfrutar, todo el mundo se echa a la calle... Es muy bonito», subrayan felices de que esos espectadores sean este año además sus invitados. 

Cuatro noches golfas al raso

Parrala's Nuit propone cuatro noches golfas al raso en el jardín del Centro de Creación Escénica, con Capitán Veneno (Jesús Cristóbal) como irreverente maestro de ceremonias. La fiesta comenzará a las 22 horas. Las entradas, a 8 euros, ya a la venta. 

Las Poderío. Sin complejos y sin vergüenza saltan a escena Las Poderío, con su espectáculo Aletheia, una mezcla de géneros en clave de mujer. Miércoles 29 de junio

Ruth Garreta. Lucrecia, personaje de ficción, nieta de Valentina Tereshkova, primera mujer civil que viajó al espacio, protagoniza Oumuamua 2.0, de Ruth Garreta. Jueves 30

Brama teatro. Como un concierto en el edén, en el que sonará la música de los felices años 20 y 30 en estilo piano bar cabaret, se extiende en las tablas Folie Variétés, de la compañía burgalesa Brama Teatro. Viernes 1 de julio

Sevilla y Guantes. El mago Miguel Sevilla y el músico Daniel Guantes aúnan talentos en clave de humor en Música mágica. Sábado 2