Hacerse con un piso en régimen de alquiler en la capital ribereña supone un gasto que supera la mitad del salario mínimo interprofesional. En la actual situación del mercado inmobiliario, la media de los precios del alquiler en Aranda supera los 500 euros de media, 536 en concreto, y el valor por metro cuadrado supera a cinco de las nueves provincias de la región.
Según el informe del portal Idealista, el precio del metro cuadrado en la capital ribereña se situaba en octubre en 6,8 euros frente a los 5,3 euros de Zamora, 5,7 de Ávila, 6,2 de León, 6,4 de Palencia y 6,5 de Soria. Solo superan al precio en Aranda los alquileres de Salamanca, la provincia más cara de la región con una media de 8 euros el metro cuadrado, Segovia, con 7,4, Valladolid, con 7,3 euros, y Burgos con 7,2.
El mercado del alquiler en Aranda es el único que incrementa sus precios en la provincia desde el mes de septiembre. Una subida que supone un 5,7% más que hace un año y que se modera en el medio plazo, ya que en el trimestre anterior el precio actual solo estaba un punto porcentual por debajo del actual. La cifra roza ya el máximo histórico que se registró en febrero de 2018, cuando el precio llegó a 6,9 euros por metro cuadrado, lejos del mínimo alcanzado en los últimos cinco años, que fue de 5,3 euros por metro cuadrado en mayo de 2013 y diciembre de 2014.
Más allá de las cifras comparativas, los alquilados confirman que la búsqueda de piso en Aranda a precios accesibles es misión imposible. «Cuando me dieron la plaza aquí ya sabía que tendría que compartir piso, entre que no hay muchos libres y los precios, no me podía plantear uno para mí sola», reconoce una profesora de un centro arandino y que encontró un piso de tres habitaciones por 650 euros «en una zona bastante céntrica, ahí no me puedo quejar».
Los pisos más demandados en el mercado inmobiliario en Aranda son los de dos dormitorios, que rondan los 500 o 550 euros al mes, ya que las de tres suelen tener como destinatario a familias que buscan un arrendamiento de larga duración, mientras que los apartamentos o estudios los alquilan parejas y jóvenes que se independizan y antes de plantearse la comprar prueban primero de alquiler, explican desde Alfa Inmobiliaria. La gran cantidad de población flotante en la capital ribereña hace que los alquileres estén muy demandados y, por lo tanto, los precios no bajen de esa media alta.