Los nuevos modelos de alojamiento vacacional han llegado para quedarse al menos en Burgos. Las viviendas turísticas (piso amueblado para su alquiler temporal) o apartamentos turísticos (todo un bloque destinado a este cometido) siguen siendo una opción de negocio. Al menos así se desprende de la Comisión de Licencias celebrada ayer en la que se dio luz verde a 10  nuevas solicitudes de licencia ambiental para abrir 10 viviendas turísticas y otros tantos apartamentos turísticos.

La compleja tramitación que llevan detrás y la parálisis por la pandemia sanitaria del coronavirus están detrás de esta acumulación de peticiones, según indicó el concejal del área, Daniel Garabito.

Todas las viviendas, con la excepción de una, están ubicadas en calles del centro histórico:Santa Águeda, Llana de Afuera, Almirante Bonifaz, Cardenal Segura, Saldaña, Paloma (2) o Valladolid. También los apartamentos turísticos están en el mismo entorno, Cabestreros. Se trata de una promoción impulsada por los propietarios del Mesón del Cid.

«Eran apartamentos de alquileres de larga duración pero se ha pedido la licencia ambiental para que puedan funcionar como turísticos», aseguró su promotor, José Luis López, que reconoció las elevadas exigencias que se requieren para lograr esa calificación.

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