La mano herida del abuelo guileto

I.P.
-

Dos nuevas esculturas de Ángel Gil engrandecen el museo al aire libre que es Mecerreyes, con una decena de piezas en sus calles. A la mano, que simboliza el trabajo rural, se une el homenaje al carretero

La mano parece querer atrapar al toro, escultura ubicada en la misma calle. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Puede ser la mano de cualquier vecinos de cualquier pueblo de la España rural, la del agricultor, la del herrero, el carretero, el cabrero o la del carbonero, porque esa mano, en la que se ven las venas, asperezas y hasta los callos es el símbolo del trabajo manual en el mundo rural, el trabajo de nuestros padres y abuelos. Esa mano, que es toda humanidad y que apetece estrecharla a modo de saludo y agradecimiento por tantas horas de esfuerzo, es una de las dos nuevas esculturas que el artista guileto Ángel Gil ha realizado este verano, con la colaboración de un grupo de vecinos y que ya forma parte del paisaje local de un pueblo que apuesta por convertirse en un museo escultórico al aire libre. Verano a verano, Mecerreyes va sumando nuevas esculturas.

A esa mano herida por el trabajo, pero firme por ser la herramienta con la que nuestros antepasados ennoblecían su oficio, sacaban adelante a sus familias y hacían prosperar sus pueblos, se une una segunda obra, la del carretero, para homenajear, como tanto le gusta al artista, a otro de los oficios locales. Mecerreyes fue tierra de carreteros, pero también de otros muchos oficios que le daban fama en los alrededores y que a buen seguro irá moldeando el artista, porque ideas no le faltan ni gentes a las que rescatar del olvido. 

Ahora ha vuelto a traer a la memoria guileta al carretero, una figura de un 1,80 metros aproximadamente, que se ha completado restaurando una vieja rueda de carro. Es la compenetración perfecta y aún lo es que se ha instalado precisamente junto a la última carretería que hubo en Mecerreyes, la de Valentín Vicario. Ahí permanecerá, en el mejor de los emplazamientos, como un recuerdo vivo de lo que fue Mecerreyes gracias a esos trabajadores que no tuvieron que ir a ninguna universidad para aprender su oficio, sino que lo fueron aprendiendo de sus padres.

La mano, con sus arrugas, sus callos... fruto del trabajo. La mano, con sus arrugas, sus callos... fruto del trabajo. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Con estas dos recientes esculturas, el pueblo va enriqueciendo su colección de obras de arte, que forman parte ya de su identidad como pueblo. El carretero y la mano se unen a otras obras que marcan el paso de sus vecinos día a día, como la pareja de niños guiletos junto al pilón: el viejo apoyado en su cachaba que ‘descansa’ sentado en el banco del restaurante De Frutos-esta obra, en bronce, fue un encargo personal del dueño del establecimiento-; el burro, el que gustan de montarse los niños del pueblo; las cabras; el toro; el homenaje al guileto o la dedicada a la mujer en su condición de esposa, madre y trabajadora incansable. 

Cada año, alguna más. La idea de Gil y su grupo de colaboradores es ir haciendo cada año un par de obra, mientras todos están dispuestos a echar una mano durante unas semanas en verano, «sin su ayuda sería imposible hacerlas en tan poco tiempo», apunta el artista. Por su parte, el Ayuntamiento financia el coste del material y presta el local donde se realizan las obras. 

Entre ese grupo de ‘ayudantes’, el escultor menciona especialmente a Fidel Pastor, que «es un manitas, tiene mucha creatividad y siempre está dispuesto a colaborar por el pueblo, aunque no es nativo de Mecerreyes», puntualiza Gil.
Las dos nuevas esculturas se han realizado en hormigón sobre una estructura de hierro soldado. Se trata de un cemento especial que aguanta cualquier peso, y adversidad, tanto climatológicas como hielos, agua, el sol, como de otro tipo (léase actos vandálicos). Aunque hay que decir que en Mecerreyes este patrimonio se está respetando por parte de todos.

Ángel Gil en la misma posición que el carretero, la otra escultura recién instalada.
Ángel Gil en la misma posición que el carretero, la otra escultura recién instalada. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Dada ya la envergadura del proyecto escultórico de Mecerreyes, ahora se quiere instalar una placa informativa en cada una de las obras y a través de una aplicación de móvil posibilitar a vecinos y visitantes el acceso a toda la información que se vaya introduciendo, así como su localización a través de Google Maps.