Sánchez en Burgos: la fina línea entre hacer y no campaña

P. de Arce (EFE)
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El presidente sigue atentamente las explicaciones de René J. Payo, entre Virgina Bárcones, delegada del Gobierno, y el alcalde de Burgos, Javier Lacalle. - Foto: Valdivielso

Pedro Sánchez ha viajado a Burgos para visitar una empresa puntera de vehículos de conducción autónoma, un instituto tecnológico y la Catedral de la ciudad; media jornada que bien parecía la de un candidato aunque se haya enmarcado en su agenda como presidente del Gobierno.

Es lo que tiene la precampaña, que en cada visita, paseo y discurso hay un mensaje que puede interpretarse en clave electoral, y hoy no iba a ser menos.

Con la vista puesta en la España interior ha dado Sánchez su discurso en el Instituto Tecnológico de Castilla y León. Ha subrayado, entre otras cosas, su convencimiento de que la innovación tecnológica también tiene un hueco y perspectivas de desarrollo en provincias como esta en las que, sobre todo, puede ayudar a frenar la despoblación.

El presidente ha dicho que lo que este centro hace -proyectos de innovación que se compromete a acabar en dos años para implantarlos en empresas- supone una "oportunidad extraordinaria" para favorecer el desarrollo de la zona.

Y aunque no ha habido promesas ni balance de logros -en precampaña, en teoría, no se puede-, Sánchez ha vuelto a centrar su discurso en una cuestión que aborda en numerosas ocasiones: La cuarta revolución industrial.

Una vez más ha insistido en que España tiene que estar a la cabeza de esta revolución, la digital, y entre otras cosas ha presumido de que el país esta entre los diez primeros en producción científica "de impacto".

Pero además, Sánchez ha defendido que el talento está en todas partes, no solo en las grandes urbes, también en sitios como este.

Se ha detenido en el caso de Asti, la empresa de robótica que ha visitado por la mañana, y en Verónica Pascual, su directora, para subrayar que las mujeres "están rompiendo todos los techos" y reconocer que firmas como esta ayudan a construir una España "moderna, científica y tolerante".

Un discurso lleno de elogios que ha puesto fin al capítulo tecnológico de la jornada y al que ha seguido la visita más fotografiada de la mañana, a la Catedral.

El presidente del Gobierno ha estado acompañado por el alcalde de la ciudad, el 'popular' Javier Lacalle. Que también en precampaña tiene que haber normalidad institucional, en la medida de lo posible.

Con ellos estaba René Jesús Payo Hernanz, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Burgos, que ha ido contando a Sánchez los detalles de este templo.

Y en la comitiva les acompañaban varios dirigentes socialistas, como los burgaleses Esther Peña, portavoz del Comité Electoral, y Ander Gil, portavoz del partido en el Senado.

En el partido estaban encantados con la visita y admitían que es inevitable su tinte electoral, aunque forme parte de la agenda de Sánchez como presidente. Es "muy fina la línea" que separa una cosa de la otra, admitía un dirigente.

En esta provincia los socialistas confían en darle la vuelta al reparto de los senadores -y tener ellos tres y el PP uno- y quieren también conseguir al menos un diputado más, de forma que habría empate entre las dos principales fuerzas, con dos escaños cada una.

Y reconocen que para lograrlo les viene bien la fragmentación de la derecha.

Pero defienden en cualquier caso que Sánchez haya pasado por Burgos esta mañana de miércoles y se haya dejado ver, aunque haya sido poco, por la ciudad en la que ya estuvo justo hace dos meses para presentar a su candidato a la Junta, Luis Tudanca.

Media jornada que ha terminado con su fría salida de la catedral. Solo unos pocos le jaleaban y solo unos pocos, también, se metían con él mientras los menos se han atrevido a acercarse para una foto y un apretón de manos.

Han sido unos minutos, con el himno de Burgos de fondo -que unos jóvenes han canturreado-, antes de que Pedro Sánchez se subiese a su coche oficial y abandonase la ciudad.

Su próximo destino, Gijón, donde esta tarde visita como presidente un centro de mujeres maltratadas y participa después en un mitin. Esta vez sí, ya como el candidato a la reelección que es.