David del Cura

Entre pitos y flautas

David del Cura


La soledad, un asunto incómodo

02/02/2023

Hace algunos días, a las 8.30, en esas pinceladas con las que Alsina te dibuja el día, contó que la cadena holandesa de supermercados Jumbo ha puesto en marcha en sus establecimientos una línea de caja en la que te dan conversación. Un espacio público sin prisas ni miradas de reproche, un camino lento en el que comentar el tiempo o los estudios de los nietos… sí, porque son los mayores, y con familia muchos de ellos, los que sufren con frecuencia esa soledad no deseada.

Hubo unos instantes de radio en los que se hicieron algunas gracias sobre la edad de los presentes en la tertulia a cuenta del supermercado que tuvo su implantación hace años por España. Después, se quedó el asunto despistado en el ambiente como cuando no quieres entrar a fondo en una cuestión porque te deja un rastro culpable. Ahora que las consultas se pasan con cronómetro, nadie conoce al director de la sucursal, los curas están solo al amén porque echan el día en el coche, los vecinos de escalera tienen prisa, los del pueblo se han ido, en el mejor de los casos, con los hijos o a la residencia, la panadera ha cerrado y en el Ayuntamiento te dicen que para cualquier gestión lo hagas con la aplicación. ¿Con quién hablar si vives solo y andas algo torpe, perezoso o asomado a la tristeza? Ahora que crecen los vacíos en paralelo a digitalización la realidad de miles de personas es una supervivencia callada, recluida y en el margen.

En los Países Bajos algunos establecimientos van más allá e incluyen espacio con mesa, silla y café gratis. No hace falta ser la Organización Mundial de la Salud para saber que los encuentros cara a cara, la cháchara y la conversación en cualquiera de sus manifestaciones, del cotilleo a la bronca, son necesarios para llevar una vida saludable. En Castilla y León, se puso en marcha un programa pionero, cargado de medidas e iniciativas para combatir esta lacra. Conocimos el anuncio y el catálogo, algo cargado de tecnología. Parece que a los niños para el cole y a los viejos para la vida todo se les arregla a pantallazos y pizarras digitales. Quizá, es más sencillo y estimulante escribir y conversar, el pupitre y la mesa camilla, el patio y el banco en el parque… confío en que en este año de promesas electorales vuelva la cuestión a los mítines y a las portadas, que no haya que esperar a que aparezca un anciano muerto desde hace meses en su casa para que nos hagamos preguntas tan rimbombantes y fugaces como ¿qué está pasando? y otras generalidades retóricas con las que aliviamos las cargas.

Invito a los que andan redactando programas que echen un vistazo a la web del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada. La portada nos recuerda que casi 5 millones de personas viven solas en España, el 43% tiene más de 65 años, el 70% son mujeres. Se afina el panorama con un informe en el que se dice que el 93% de los encuestados reconoce que es un problema importante; sólo por detrás del paro, la sanidad y la economía. El 80% cree que está invisibilizado y un porcentaje parecido pide que se le dedique más espacio en los medios de comunicación. Esta vez he decidió estar con la mayoría, hacer caso a las encuestas y ocupar este espacio con una llamada a la acción. También dice ese estudio que todos conocemos a alguien que padece o puede padecer soledad no deseada.