El agua que ha colocado a Orbaneja del Castillo como uno de los pueblos más famosos y visitados de la provincia, e incluso del país, además de discurrir por su conocidísima cascada, también es capaz de causar daños y poner en peligro el patrimonio arquitectónico que atesora esta localidad. La ‘fuerza’ del agua de la última semana, se llegaron a recoger hasta más de 75 litros en una hora, desprendió parte de la ladera sobre la que se asientan varias casas, «que ahora están más expuestas al precipicio», manifiesta el alcalde, Javier Perujo, quien indica que la piedra de esta zona es toba, «a la que afecta mucho el agua porque es muy porosa y se desmorona con facilidad, como ha ocurrido con las últimas e intensas lluvias», afirma.
Una roca de grandes dimensiones desprendida, así como varios árboles, acabó en un lateral de la cascada y ha dejado casi colgando a un par de viviendas. Todo ese material, apunta Perujo, «lo tendremos que retirar cuando sea posible, aunque ahora lo más urgente es encargar a una empresa especializada un estudio para que los técnicos nos digan en qué estado se encuentra toda la ladera, se han registrado en otras zonas pequeños desprendimientos, y también que nos propongan posibles soluciones para consolidar las zonas más dañadas por el agua».

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