Ni los números del primer semestre ni las previsiones -medidas en cifras- de las empresas invitan al pesimismo. Sin embargo, la sensación de una mayoría de empresarios es la de que "después de verano España entrará en un periodo de crisis o recesión", según la valoración final del índice de confianza empresarial que elabora la FAE y que ha sido presentado esta mañana.

Por ejemplo, en los primeros seis meses del año más de la mitad de las compañías de Burgos aseguran que su facturación ha aumentado respecto al semestre anterior y un 75% que han recuperado su recaudación respecto a 2019, año previo a la pandemia. Además, el 69% de las empresas prevé mantener empleo, un 17% cree que creará puestos de trabajo y un 14% planea reducirlos. En cuanto a la inversión, un 85% de las firmas burgalesas prevé mantener su estrategia y un 15% la modificará a la baja.

Sin embargo, hay cuestiones que empiezan a preocupar, como la reducción de las exportaciones, el aumento de empresas que ha empezado peor este año que el anterior, la necesidad de financiación y los problemas de encarecimiento de las materias primas y el aumento de precios de la energía.