«Para ser actriz tienes que amar esta profesión»

Irina Carnicero
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Esta joven intérprete es una mujer hecha a sí misma, se marchó de su Polonia natal con 18 años a estudiar inglés a EEUU, recaló en España por amor y ahora es una de las caras más visibles de la ficción nacional, con series como 'Valeria'

«Para ser actriz tienes que amar esta profesión»

Nacida en la pequeña ciudad de Serakowice, al noroeste de Polonia, Monika Kowalska (36 años) dejó la tranquilidad y la naturaleza de su hogar al cumplir la mayoría de edad y viajó a Estados Unidos para aprender inglés. Un año después vino a España para quedarse, donde ha desarrollado su carrera de actriz. Muy ilusionada, cuenta que está participando en varios proyectos de grandes plataformas, entre ellos la nueva apuesta de Netflix, Valeria (2020). Pero el camino no ha sido coser y actuar. Kowalska siempre ha mostrado una actitud positiva y decidida acorde con lo que le apasiona y lo que le hace sentir bien.

Pregunta obligada, ¿por qué actriz?

Siempre me ha gustado actuar y en mi adolescencia decidí dar el paso. A los 16 años me presenté a mi primer casting, era para una película de Andrzej Wajda, un director muy famoso en Polonia.

¿Cómo fue ese primer contacto?

No me cogieron, porque entonces era súper tímida. Podía tener muchas ganas pero si no era capaz ni de levantar la mirada no serviría para nada. Así que me aparté de la actuación durante un tiempo.

Y, entonces...

Al cumplir los 18 decidí probar suerte y me fui a EEUU. Encontré un programa de estudiantes para aprender inglés y te daban facilidades para obtener el visado, que en aquel momento era muy complicado. Y con un entusiasmo enorme, no dudé en apuntarme.

Debió ser toda una experiencia.

Fue impresionante. La familia que me acogió me ayudó en todo lo que pudo y me crucé con gente muy buena, entre ella a mi marido, que es español. Con él me vine a vivir a Madrid. Lo miro desde la distancia y fue una locura, literalmente me busqué la vida.

En Madrid, ¿volvió a hacer sus pinillos en la interpretación?

Sí, para ello me enfoqué mucho en practicar el idioma, porque si quería interpretar tenía que adquirir un buen vocabulario. Y a los 23 años entré en la Escuela Corazza de teatro, para mí de las mejores. Luego también estudié con Fernando Piernas, otro gran maestro. Trabajé duro y salí adelante como actriz, la timidez ya pasó.

¿Es entonces cuando despega?

Empecé a hacer pruebas y tuve la suerte de empezar en Hablan Kantan Mienten (2008-2009). Yo hacía un papel muy cómico, una mujer rusa que trabajaba en un bar, pero en realidad era una mafiosa que siempre se metía en líos y arrastraba a su compañera, Isabel Gaudí (Ana y los siete), una actriz muy potente en escena y de quién aprendí mucho.

¿Que hay de lo nuevo de Netflix, Valeria, en donde usted participa? 

Por lo poco que he podido ver, creo que va a ser un proyecto muy bueno y tiene un reparto magnífico. Me ha hecho mucha ilusión formar parte de Valeria y a pesar de que hago un papel pequeño, es el primero que hago en inglés.

Pero, el inglés, lo domina, ¿no?

(Ríe) De hecho, apareceré en la segunda temporada de Vivir sin permiso (2018 - actualmente) de Movistar+ y mi personaje hablará en polaco. Será un papel muy potente, el cual ha sido un disfrute poderlo interpretar, pero todavía no puedo decir de qué va. Me lo reservo para el estreno que será a finales de este año.

También tiene un papel en la nueva película de Toni Bestard.

Está en postproducción pero el estreno será en los próximos meses. La película se titula Pullman y mi personaje es la madre de los protagonistas. Es un trabajo especial, porque Toni ha retratado la vida en Mallorca de una manera muy realista.

Por lo que cuenta, ¿ahora tiene bastantes proyectos a punto de salir?

La verdad es que siempre pienso que el proyecto que estoy haciendo puede ser el último y así llevo más de 10 años. Te vas encontrando pequeños papeles que vas enlazando para trabajar más seguido. Pueden ser muy diferentes entre ellos, lo cual es muy enriquecedor, pero al mismo tiempo hace que tengas muchos cambios en pocos meses. En la primera película que protagonicé, El Destierro (2015) de Arturo Ruiz, se creó un ambiente muy cercano, lo que me permitió disfrutar aún más de mi trabajo. Este acercamiento no lo tienes con otros rodajes más cortos.

¿Se ha encontrado al obstáculo que haya superado?

Mi carrera en sí es un gran obstáculo. Cada profesión tiene lo suyo, en mi caso lucho constantemente por interpretar un personaje. Además, se tiene que dar la oportunidad de que haya un papel disponible en el que puedas encajar, con lo cual te puedes pasar cierto tiempo sin trabajar. Pero si fuera por mí, trabajaría todo el rato, no pararía nunca.

¿Que hace en los momentos de parón, como el actual?

Trabajo el desapego y pienso en qué me puede deparar el futuro, a ver qué papel me trae (ríe). Y si estoy más tranquila, practico otras cosas como estudiar fotografía. Hay que tener más aspiraciones, porque si pones todos tus esfuerzos y tiempo en tu profesión, en una tan inestable, es muy fácil amargarte en el trabajo. Conozco a gente que ha tenido que dejar de actuar y ha tomado otra dirección.

Puede que la gente se lo piense dos veces antes de decantarse por la actuación.

Siempre le digo esto a quien empieza: hay que amar muchísimo esta profesión, apasionarte y meterle el cuerpo entero. Pero a la vez hay que ser muy fuerte y paciente, porque habrá muchos días malos en los que no te salga trabajo o que te lo quiten en el último momento. Aunque seguro que también hay buenos días. Siempre tienes que volver a ti, cuidarte, practicar algún hobby. Así podrás alejarte durante un tiempo de la interpretación para cargar pilas y después volver.

En su caso, ha interpretado tanto personajes cómicos como dramáticos.

Son maneras de trabajar muy diferentes, aunque personalmente creo que es más difícil la comedia, el hacer reír a la gente, más que empatizar con un personaje dramático. Con Valeria he tenido un pequeño regreso a la comedia y me he dado cuenta de lo bien que se está.

Le hemos visto en Doctor Mateo con el salero de Ilsa.

Me pasó algo muy gracioso con DM. Un señor me vio por la calle y se empezó a reír. Al acercarme me preguntó si yo era Ilsa de DM. Fue genial. Tengo la misma sensación que cuando visito a mi abuela adoptiva, en el voluntariado Adopta un abuelo.

¿Qué es lo que le hace sentir tan bien en un personaje cómico?

Es tan agradecido causar risa en la gente. Antes del cine y de la televisión pude hacer comedia teatral en el vodevil Se infiel y no mires con quién (2010). Lo más bonito fue ver al público salir llorando de la risa. 

¿Hay un auge en la oferta de productos culturales, como series?

Parece ser que sí. Creo que estas plataformas, Netflix, Movistar+, HBO, son maravillosas y es bueno que ahora apuesten por ficciones producidas en España, no solo importadas y dobladas. Es muy positivo para la industria nacional.

Como espectadora, ¿qué le gusta más, las series o las películas?

Últimamente me tiran más las series. Antes te habría dicho las películas, pero ahora estoy enamorada de La Casa de Papel. Ojalá sigan haciendo series tan buenas. También estoy enganchada a los documentales. Me habré visto todos los de Netflix, en especial los que están basados en hechos reales.

¿Alguna recomendación?

Paquita Salas es genial también, de mi amigo Javier Ambrossi, con quien coincidí en la escuela. Con Paquita lloro y río en el mismo capítulo. Para mí la vida actoral es tal cual, explican mucha verdad. No es fácil ser actriz, lloras, luego vuelves a reír. Pero sentir todas esas emociones y compartirlas mientras trabajas es francamente muy bonito.