Cuando el sueño americano se cumple

B.G.R. / Burgos
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Ignacio Álvarez ha desarrollado un estándar internacional para asegurar la seguridad de los vehículos autónomos. Es asesor técnico del departamento de investigación de Intel

Álvarez lleva ocho años en Estados Unidos después de haber vivido en Alemania y China. - Foto: DB

Los éxitos persiguen a Ignacio Álvarez desde que formara parte de la primera promoción de graduados en Comunicación Audiovisual de la Universidad de Burgos. Fue entonces cuando comenzó un fructífero periplo profesional por distintos países hasta que hace ocho años desembarcó en Estados Unidos, concretamente en el gigante tecnológico e informático Intel, donde hoy en día es el asesor técnico principal del director del departamento de investigación y desarrollo, además de dirigir el programa de vehículos autónomos.

En esa principal línea de investigación, Álvarez reconoce se han producido «avances que se van a poder muy pronto en todo el mundo» y se muestra especialmente ilusionado y orgulloso de la «creación de un estándar internacional que asegura que estos coches no toman decisiones que pongan en peligro a nadie». En este punto, explica que esta solución está basada en «los principios fundamentales de la física, las leyes que gobiernan la dinámica de los vehículos y la incorporación del 'sentido común'». 

Autor de 54 patentes otorgadas, ha firmado a sus 40 años más de medio centenar de artículos científicos en conferencias y revistas académicas en ámbitos como la inteligencia artificial, los sistemas de conducción autónoma y la comunicación. Su jornada laboral comienza a las cinco de la mañana para salvar la diferencia horaria con países como Alemania o Israel, con los que suele trabajar. No obstante, resalta la flexibilidad que le ofrece la empresa y el hecho de poder trabajar desde casa, salvo cuando tiene reuniones con la junta directiva, experimentos en los laboratorios y viajar a California (Silicon Valley) o Arizona. De igual forma, dedica tiempo a realizar mentorías para aconsejar a otros compañeros sobre cómo avanzar en su carrera.

Ve un futuro «lleno de posibilidades» en la industria automotriz, aunque asegura que a medio o largo plazo le gustaría dedicarse a la enseñanza. De hecho, reconoce haber pensado volver a España como profesor universitario, «quién sabe si igual en la UBU», institución con la que continúa manteniendo vínculos. Hasta llegar a donde ha llegado, su trayectoria no resulta menos interesante, iniciándose en Alemania y la experiencia profesional que «me marcó para siempre», trabajar en BMW. Continuó su investigación en Estados Unidos, donde empezó su «sueño americano» para después regresar a Múnich y de ahí saltar a China hasta asentarse en la ciudad de Portland (Oregón).

«Nunca pensé que iba a acabar trabajando alrededor del mundo», admite este doctor en Ingeniería Informática, de madre burgalesa y padre vasco, que comenzó su educación en Munguía (Vizcaya) pero que estudió en el colegio Petra Lafont de Tardajos, Maristas y el instituto López de Mendoza. Después probó suerte en Telecomunicaciones, en la Universidad de Valladolid, pero echaba de menos la parte creativa y optó por Comunicación Audiovisual en la UBU, cuyo Consejo Social ha reconocido este año su intensa trayectoria profesional.