Pese a que para muchos son figuras aterradoras y grotescas, para otros las fiestas no tendrían el mismo significado sin su presencia, ya que se encargan de acompañar las procesiones y amenizar las mañanas persiguiendo a los más jóvenes con sus temidas bochinchas. Se trata de los Gigantes y Cabezudos de Miranda de Ebro. 

Hasta mayo de 1942 no se tiene constancia de la creación de la comparsa, porque hasta ese momento los personajes eran alquilados a Burgos o a otras ciudades cercanas. Al ver que tuvieron una buena acogida entre la población, decidieron comenzar la elaboración de sus propias piezas. Por desgracia, no queda ninguna original de la fundación, bien por deterioro irreversible de la estructura o porque nadie sabe dónde pueden estar.  Pese a estar cerca del siglo de vida, los gigantes y cabezudos no son especialmente representativos en Miranda, por lo que la comparsa trabaja por generar y expandir esa tradición, para no perder la esencia original de la misma.

A día de hoy, los gigantes más antiguos de la asociación son los abuelos, una pareja que representa a los típicos aldeanos mirandeses de principios del siglo pasado. Este año, tras dos  de pandemia y otros 14 de ausencia derivada de un largo proceso de reconstrucción, regresa a las calles uno de los iconos históricos de la ciudad: la figura de El Blusilla, que fue presentado de nuevo el pasado mes de marzo, y realizó su primer desfile el 28 de mayo (ver información adjunta). 

La fama de este joven se debe a sus continuas apariciones en los periódicos, en los que ejercía el papel de crítico social. También se utilizaba como reclamo propagandístico. «Lo hemos tenido como algo muy nuestro y el gigante es una forma de homenajearlo entre sus propios vecinos», cuenta Diego García, el presidente de la asociación.

La Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Miranda de Ebro celebra su 80 aniversario. Para conmemorar esta fecha, se reservan los actos principales para las festividades del mes de septiembre. «El aniversario es en mayo, pero la gente tiene tantas ganas de San Juan del Monte que nosotros quedaríamos en un segundo o tercer plano, entonces preferimos esperar hasta las siguientes fiestas», declara Diego. Por el momento, en forma de recuerdo y homenaje han realizado varias publicaciones en su perfil de Facebook en las que cuentan historias y curiosidades de estas ocho décadas. En las celebraciones de este mes tomarán parte en dos desfiles en compañía de los dulzaineros.

Mantener y restaurar unas estructuras tan grandes y complejas no resulta sencillo. Los pequeños retoques los realizan los propios miembros de la comparsa, mientras que para las grandes reparaciones contratan a otras empresas o grupos que lo solucionen, como ha sido el caso de El Blusilla. «Recibimos alguna subvención por parte del ayuntamiento, pero la mayoría de arreglos se hacen de forma altruista por amor a Miranda», afirma.

Desde la organización hacen un llamamiento a sus vecinos para intentar captar nuevos voluntarios y que colaboren con ellos durante las festividades, ya que actualmente son once miembros y no son suficientes como para poder sacar a desfile a todo su elenco: 14 gigantes y alrededor de 30 cabezudos, más piezas que en cualquier otro año desde la fundación.