Como el abanico trae el frescor a través del movimiento, los cinco artistas de Abanai quieren hacer de las melodías tradicionales y el baile la ventana abierta a la interculturalidad, la música de raíz y aquellos sonidos y coreografías que forman parte de la historia reciente. Abanai, abanico en portugués, quiere seducir a través del movimiento, abrirse al mundo y refrescar cualquier ambiente enrarecido, renovar el aire y darle un nuevo brío a través de la danza, la voz y la banda sonora.

La idea de este nueva compañía surge de Neftis Paloma, bailarina burgalesa con 25 años de experiencia en espectáculos y docencia. «Fue a raíz de la pandemia. Paloma suele girar con un espectáculo de música medieval que requiere de mucha gente, y con la covid-19 era inviable. Así que nos llamó en julio del año pasado para crear algo nuevo en un formato más pequeño, aunando las características de cada uno en un espectáculo diferente y con un hilo conductor concreto», detalla Jorge Jiménez, encargado de la percusión y de instrumentos como cajón flamenco, djembé, bendir, udu, drum, kalimba o darbouka.

Con melodías y armonías tradicionales de Al Andalus, la música sefardí y el mestizaje del Mediterráneo, el espectáculo combina coreografías y sonidos árabes, judíos y cristianos que van desde las cantigas a las danzas turcas, pasando por bailes de los Balcanes y Macedonia, la tarantela napolitana, el flamenco o los bailes tribales de los países nórdicos.

«De los quince números que tiene el espectáculo hay seis con danza. Porque Raíces no es un concierto, es un espectáculo de danza y música hilado y global, con peso específico del baile», añade Jiménez, músico que colabora con otras formaciones como la de Mariano Mangas. «Representan canciones con alma que encierran una historia que contar», apunta la compañía sin olvidar que la escenografía, el baile y el decorado juegan a su favor en este relato «único y místico» con el que buscan acercar todas las culturas desde la magia del directo. 

Junto a Jorge y Paloma son también generadores de ese aire que abanica Nohemy Ruth García (la que fuera soprano en la Ópera de Sidney no solo pone la voz, sino también la guitarra y el piano), Andrés Flórez (guitarras y ukelele a cargo del miembro de Carrión-Folk) y Óscar Calvo (el músico de Cronométrobudú y The Taverners toca aquí violín, gaita, pito de llaves y mandolina). 

El estreno de la formación es este sábado, en Cultural Cordón, a las 19:30 horas (las entradas están a la venta a un precio de 12 euros). Y desde aquí viajan el día 19 a la edición número 25 del Festival de Teatro Clásico de Chinchilla de Montearagón (Albacete), una cita destacada en el panorama de la escena y a la que acuden para participar junto a Rafael Álvarez El Brujo y su Lazarillo, y compañías como Ron Lalá (Andanzas y entremeses de Juan Rana), Teatro Corsario (Clásicos cómicos entremeses de burlas) o Corrales de Comedias (La discreta enamorada).