El retraso del PGOU dispara la venta de pisos usados en Aranda

L. NÚÑEZ
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Varias inmobiliarias de la capital ribereña constatan que el grueso de las operaciones se centra en las viviendas seminuevas y que barrios como Santa Catalina experimentan un repunte desde la pandemia

La venta de pisos de segunda mano ha experimentado un gran aumento en Aranda. - Foto: Patricia

El retraso con la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), todavía sin fecha,  ha disparado la venta de viviendas de segunda mano en Aranda de Duero. Así lo constatan en varias inmobiliarias, donde aseguran que han cerrado más operaciones de este tipo en lo que va de año que en todo 2021. Influyen varios factores. ¿El fundamental? La suspensión de licencias desde hace casi dos años a raíz de la aceptación inicial de un documento que echó a andar hace más de 11 años y que  está llamado a marcar el desarrollo urbanístico de la capital ribereña.  

Esta tardanza ha provocado una parálisis en la obra nueva y, a la espera de que las constructoras puedan iniciar sus promociones (algunas ya vendidas), cada vez son más las personas que optan por soluciones inmediatas. Es decir, por comprar pisos preferiblemente seminuevos que les permitan entrar a vivir en un breve periodo de tiempo o más antiguos que impliquen una reforma, pero que en cualquier caso podrán utilizar antes que uno nuevo que ni se ha empezado a construir ni tampoco se sabe cuándo se pondrá el primer ladrillo. 

«Se vende vivienda de segunda mano por fuerza mayor», subraya Mamen Matesanz, directora de Inmoba Aranda, quien admite no tener demasiada fe en que el PGOU se vaya a aprobar este año. En esta misma línea se expresa Juan Carlos Ubis, gerente de la inmobiliaria Ubis de la Puente:«Ahora prácticamente el 80% de lo que vendemos es segunda mano ya que promoción nueva hay muy poca y mucha gente no puede esperar años para tener una vivienda, así que optan por pisos seminuevos».

De la inmediatez también habla Javier Guijarro, director de Alfa Aranda, así como de un precio más asequible o de los temores que en ocasiones suscitan las promociones nuevas por el recuerdo de la burbuja. Sea como fuere, advierte que «el retraso del PGOU está haciendo mucho daño en el gremio». 

En líneas generales, en las distintas inmobiliarias detallan que la demanda es creciente y que los pisos seminuevos «se han agotado prácticamente», como indica Rubén Madrigal, gerente de Hunter Properties. En lo que respecta a segunda mano, sigue habiendo producto, aunque cada vez menos por estas circunstancias. «Puedo tener cerca de 60 viviendas de segunda mano cuando lo normal era tener en cartera 300», advierte Ubis.

Mientras, desde el Grupo CHR, su directora comercial, Isabel Martínez, apunta que últimamente la venta de pisos de segunda mano ha experimentado «un gran aumento» llegando a duplicar las compraventas en el mismo periodo de 2021. En su agencia inmobiliaria cierran una media de seis enajenaciones de inmuebles al mes y cuatro o más son pisos. «Sin duda», continúa Martínez, el grueso de las ventas recientes se centran en viviendas seminuevas o de segunda mano de entre 50.000 y 150.000 euros, aunque también se da salida a casas unifamiliares, especialmente en los pueblos cercanos a Aranda. Una tendencia que también notan en el resto de inmobiliarias, especialmente desde que estalló la pandemia de covid. 

Por barrios. La venta de inmuebles se encuentra muy repartida por todos los barrios de Aranda. Mamen Matesanz recalca que Santa Catalina ha experimentado un repunte a raíz de la crisis del coronavirus. Mientras, desde CHR destacan la expansión de la zona norte, bien comunicada y con aparcamiento abundante y gratuito. Isabel Martínez precisa que en Allendeduero hay mucha demanda, especialmente las calles Burgo de Osma o la Glorieta Rosales, «pero no se cierran tantas ventas porque hay muy poca oferta». 

Asimismo, Matesanz advierte de otra derivada: los pequeños ahorradores que compraban vivienda nueva para después alquilarla y así contar con una especie de fondo de pensiones ahora están optando por Madrid. «Hay mucha gente de Aranda que invierte en la capital y también en el norte como segunda residencia para el verano», asegura. A ello suma otra incógnita de cara al futuro: «Cuando salga la obra nueva, ¿quién la absorberá si ahora la gente está comprando?». 

Finalmente, en lo que respecta al alquiler, todas las inmobiliarias aseguran que funciona muy bien pero que, nuevamente, falta oferta.