Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


La luz –y todo–, más cara

06/02/2022

Ya sé que estamos inmersos en las primeras elecciones autonómicas en solitario en Castilla y León y que no pueden estar más emocionalmente sobrecargadas, entre dimes y diretes, amenazas del apocalipsis si votas a este en vez de votar a esta otra y promesas de que todo irá bien porque soy poseedor de la verdad absoluta y los hados me iluminan para que te guíe en libertad y con un IPC reducido.
Lo que pasa es que, entre tanto, hay que seguir pagando los recibos y el ahorro sufre porque todo sube menos los sueldos o, peor aún, menos la facturación. Este es un momento muy especial para regirse por el régimen especial de autónomos, en lo que muchos consideramos el error de nuestras vidas, pero eso será tema de otra columna más sosegada.
El centro de los pensamientos de buena parte de España está en la luz. Nunca habíamos oído hablar tanto del término 'megavatio' y no digamos de la locución 'megavatio-hora', que se utilizan con tan mal tino que, prácticamente, no sabemos de lo que estamos hablando, ni en los informativos ni en los bares.
Y es que, cuando una palabra salta a la fama, suele ser por algo malo. Si no, basta pensar en la prima de riesgo. Un desafío: pregunta qué es a quien tengas enfrente a la mínima oportunidad, sobre todo si está leyendo las páginas de color salmón. Mucha gente tendrá problemas para desentrañar aquello del bono alemán a diez años.
Por añadidura, ¿alguien se sabe el nombre de los anteriores responsables del Centro de Investigaciones Sociológicas? ¡Pero si lo llaman el CIS de Tezanos! Eso no es bueno y, seguramente, mucho habrá que decir cuando pasen los comicios y volvamos la vista atrás.
El caso es que el recibo de la luz –que ya era abstruso, farragoso y plúmbeo cuando no salía en las noticias– nos trae de cabeza, especialmente a las empresas, que sí están notando el despropósito. En estos días, el consabido megavatio-hora ronda los 200 euros y veo a la gente casi aliviada, aunque el precio es más del cuádruple del que tenía hace solamente un año.
Si a eso sumamos los dos meses récord en cuanto al Índice de Precios al Consumo con los que despedimos 2021 y saludamos 2022, ¿qué nos cabe esperar? Nada bueno.
El último informe elaborado por la Fundación 'Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada', más conocida como Foessa, recoge con suma claridad que un tercio de los hogares españoles con todos sus miembros no cuenta con ingreso periódico alguno que permita estabilidad.
En términos castellanos y leoneses, por ejemplo, Cáritas atendió a más de 140.000 personas en 2021 y la situación de pobreza para decenas de miles de familias no solo no remite, sino que se ha agudizado y a va a peor tras el inicio de la pandemia. 
Puede que esté mezclando ideas, conceptos y variables discutibles, pero no hay duda de que todo es más caro, será más caro y hay gente que lo pasa muy mal. No es negatividad. Es descripción. A ver si todo lo solucionan las benditas elecciones autonómicas. O las que sean. Total, unas van detrás de otras. Como las subidas encadenadas de los carburantes. Y así nos va.