El 70% de los negocios de hostelería de Medina de Pomar han preferido quedarse fuera de la campaña municipal de bonos al consumo y solo el 30% se adhirió a ella entre los pasados días 18 y 26 de noviembre, el plazo dado por el Consistorio. De los 109 establecimientos en los que se podrán adquirir bienes o servicios con los bonos de 15 euros que aportará el Consistorio y a los que cada ciudadano habrá de sumar otros 15 euros de su bolsillo, solo 16 son del sector hostelero cuando en la ciudad se cuentan 52 establecimientos de este gremio.
Los 93 negocios restantes se reparten entre tiendas de alimentación (16); moda, calzado y complementos (17); peluquerías y salones de belleza (10); muebles y decoración (8); librerías, papelerías (6); y otros (38). Tampoco son todos los existentes, dado que según los datos de la Cámara de Comercio e Industria de Burgos, en la ciudad se contabilizan 145 comercios minoristas y 199 empresas de servicios. La lista completa con los nombres de los negocios adheridos a la campaña se divulgará en la web municipal y redes sociales y también se identificarán con un distintivo.
En la mañana del miércoles, se hizo público un cambio en la fecha de compra de los bonos, que iba a comenzar el jueves, día 3, pero que se retrasará al día 9, tras el puente, y se extenderá hasta el 23. Para facilitar a los vecinos la adquisición de las tarjetas canjeables en cualquiera de los 109 negocios que se han subido al carro de la campaña, se abrirán de forma excepcional las oficinas municipales el sábado y el domingo, días 12 y 13, de diez de la mañana a una de la tarde.
Otro de los cambios de última hora reside en las fecha límite para canjear los bonos que se alargará hasta el 31 de marzo cuando inicialmente se anunció el 31 de enero. Esa fecha fue precisamente uno de los frenos para el sector hostelero, dado que muchos de los que no se han sumado a la campaña estaban convencidos de que no iban a abrir para esas fechas y no les merecía la pena.
Los empresarios de la hostelería ofrecen varios motivos que explican el hecho de que solo una minoría haya decidido aprovechar esta inyección municipal de 90.000 euros que llegará a los negocios, solo si la totalidad de sus casi 6.000 empadronados acude a recoger sus bonos. La fuerte "incertidumbre" que pesa sobre el sector y sobre las fechas de reapertura, en función de los datos de contagios de la provincia, sobre si merece o no la pena subir la persiana con las limitaciones que impondrá el Gobierno regional, y la duda de si tras los reencuentros navideños llegará la temida tercera ola y nuevos cierres obligados también han influido en su escasa adhesión a la campaña.
Se gastará más en comercio. Las restricciones para la hostelería en Burgos y la posibilidad de que solo puedan reabrir las terrazas tiene el rechazo de la mayoría de los hosteleros de la ciudad, que ven inviable ponerlas en servicio en medio de las frías temperaturas invernales. Si es para dar servicio en terraza, la mayoría no abrirá esta Navidad y no podría beneficiarse de la campaña municipal de bonos, que consideran que está más enfocada al comercio que a su gremio. Entre los hosteleros también creen que para cuando sus establecimientos abran las puertas, la mayoría de los vecinos ya los habrán consumido. "El estar cerrados nos echa para atrás", afirman.
Pero además, la escasa adhesión de hosteleros a la campaña también viene dada por la necesidad de contar con un datáfono para cobrar con tarjeta, dado que los bonos se distribuirán entre los empadronados con tarjetas de pago, nunca en metálico. Muchos bares y cafeterías carecen de estos aparatos para el cobro de las consumiciones mediante las tarjetas que serán de un mínimo de 30 euros y un máximo en función del número de integrantes de la unidad familiar.