La plaga de conejos no cesa y amenaza los brotes del cereal

I.P.-R.E.M.
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Agricultores y alcaldes de municipios burgaleses del entorno de la A-62 vuelven a exigir que se tomen medidas para frenar la proliferación. Ahora se ha adjudicado el vallado de Villaquirán de los Infantes al enlace con la vía

Una de las fórmulas para acabar con la plaga de estos roedores es el uso de hurones en las zonas donde no hay cotos de caza. - Foto: Patricia

La plaga de conejos sigue amenazando las infraestructuras de comunicación y las fincas cultivadas de las localidades del entorno de la A-62. Tanto agricultores como alcaldes de la zona se muestran hartos de que no se adopte una solución para erradicar este problema, que puede ocasionar las próximas semanas graves daños cuando el cereal recién sembrado comience a nacer llamando la atención de estos roedores.

Por lo pronto y para evitar más problemas en las infraestructuras viarias, la Demarcación de Carreteras del Estado en Castilla y León acaba de adjudicar la instalación y mejora de vallado en el enlace de Villaquirán de los Infantes, en el punto kilométrico 32, en la A-62, con un importe de 48.400 euros y un plazo de ejecución de un mes. Los trabajos correrán a cargo de la empresa Cierres Metálicos Burgos.

El efecto positivo del vallado en las carreteras y vías ferroviarias, no contenta por ello a los vecinos de los pueblos. «Estamos hartos, desde que han hecho el AVE los daños que tenemos por culpa de los conejos son inauditos», comenta José Daniel Grijalvo, alcalde de Villaquirán de los Infantes. Los agricultores del pueblo se encuentran desesperados ante una plaga que «cada año va a más» y para la que no se están buscando soluciones. «Tengo parcelas que llevo cuatro años sin poder segarlas por esta razón, no dejan nada», manifiesta.

Las múltiples reuniones que han mantenido tanto con el Gobierno como con la Junta no han servido todavía para poner fin a esta situación. «Si vas por el camino de Villazopeque a Villaldemiro ves 300 conejos, es increíble», expresa el alcalde de Villaquirán de los Infantes. Reconoce que llevan arrastrando este problema una década y los animales están alcanzando zonas donde anteriormente no llegaban.

Los principales perjudicados, recuerda, son los agricultores. Y en ese término municipal calculan un centenar de hectáreas afectadas. «Si doy parte por una parcela tres años seguidos al cuarto ya no me la aseguran», argumenta.

También desde Villaldemiro expresan su malestar sobre este tema. «Llevamos cogidos unos 4.000 conejos en las tres últimas campañas», reconoce Facundo Castro, alcalde. Además, manifiesta que los permisos llegan tarde puesto que deben pedir permiso «a la autovía, al AVE, a la Junta para el coto...».

Ahora pretenden volver a protestar ante esta plaga para que se tomen soluciones inmediatamente, según explica Grijalvo. «Hay que retomar este tema, nos van a arruinar estos bichos», asegura. 

Desde las organizaciones agrarias ya están tan cansados que, pese a que la campaña pasada los conejos siguieron haciendo daños en las cosechas, ni levantaron la voz. Esos daños quedaron solapados por los provocados por la sequía.

En todo caso, hay coincidencia en afirmar que la plaga de conejos no da tregua en las zonas que no son cotos de caza, como los alrededores de las vías de comunicación. La mayor preocupación está de cara a las próximas semanas, cuando comience a brotar el cereal que se acaba de sembrar.

Así lo ve Cristian Martínez, coordinador provincial de Coag, que explica que al conejo lo que más le gusta son los primeros brotes cuando la hoja está tierna, de ahí que la alerta se mantendrá hasta que llegue marzo o abril. En similares términos se expresan Esteban Martínez y Susana Pardo, responsables de Asaja y UCCL, respectivamente. Pardo incide también en los problemas que causan los corzos, que se ceban especialmente en la cabeza del girasol dejando solo la caña.