La última jornada de esta Vuelta a Burgos sirvió para demostrar que Joao Almeida es un ciclista granítico, de esos que es complicado sacar de carrera.El portugués conocía la subida a la perfección, por lo que no le importó perder contacto con el grupo principal mediada la ascensión. Tenía un plan que ejecutó y le salió a la perfección. 

«He puesto mi paso en todo el puerto porque lo conocía bien y en mi cabeza  lo tenía todo estudiado. Al final he sido el más fuerte y estoy contento de cómo ha salido todo», explicó el corredor después de pasar por el podio.

No solo se hizo con la etapa, sino que se subió al segundo cajón del podio, algo que parecía harto complicado en el inicio de la jornada. «No empecé bien y el primer día tuve un problema mecánico, por lo que perdí unos segundos importantes que quizás me hubieran venido bien de cara a la general», expuso.

Ayer tuvo muy buenas sensaciones durante toda la jornada y aseguró que en la última ascensión se encontró«muy bien de piernas». «He ganado confianza en estos días en Burgos», indicó. 

Después de descolgarse, llegó a la cabeza a falta de 500 metros. Analizó a sus oponente y tomó una decisión.«Cuando he llegado he visto que no iban demasiado fuertes. También tenía pensado ganar unos segundos para la general, aunque estaba nervioso por Miguel Ángel López, ya que sé que es muy explosivo en una llegada de este tipo. No sabía si podía ganarle, pero al final ha salido todo  muy bien. He hecho la carrera de menos a más y siempre he ido mejorando. Por eso estoy contento», declaró.