Solo 60 agricultores menores de 25 años son sus propios jefes

R.E. MAESTRO
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La dificultad para encontrar tierras, la imposibilidad de empezar de cero o que gran parte de los responsables de explotaciones tengan más de 65 años complica la llegada al sector de unos jóvenes que cada vez se forman más antes de arrancar

Eva Blanco posee su propia explotación agrícola en la localidad de Tordueles. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Los jóvenes burgaleses de menos de 25 años que actualmente son jefes de explotaciones agrarias apenas representan el 0,5% del total mientras que aquellos que rebasan la edad de jubilación superan el 36% y se alzan como el grupo mayoritario. La complicación para encontrar tierras disponibles -que cada vez se exige un número mayor para resultar rentables- o la imposibilidad de empezar de cero sin un apoyo familiar dificultan en gran medida que se consiga acceder a un sector para el que, lejos de lo que ocurría hace un tiempo, la formación se considera fundamental.

Solo 60 menores de 25 años se encuentran al frente del campo en la provincia mientras que el total de personas responsables de explotaciones llegan a 11.678, como demuestra el Censo Agrario 2020 publicado recientemente por el INE. Sin embargo, a nivel de Castilla y León se repite esa misma tendencia, con un porcentaje similar (0,5%) que incluso baja ligeramente a nivel de toda España (0,48%), donde 4.460 jóvenes ocupan ese cargo. «Cuando una persona se incorpora al campo ahora lo hace con unos 30 años, porque antes ha estado sacándose sus estudios, no nos olvidemos que ahora la gente del sector está muy preparada», explica Esteban Martínez, presidente de Asaja, como una de las razones para entender el dato.

«Las cosas han cambiado, muchos cursan sus estudios, una ingeniería agrícola o cualquier otra carrera, y ven en la explotación del padre una salida laboral», desarrolla Martínez, que deja de esta forma claro que quien desee iniciarse en este sector debe hacerlo con una buena base. Empezar de cero resulta imposible y se tiene que contar con una importante cantidad de tierras. «Si no tienes un familiar que te deje la explotación es inviable», manifiesta, mientras destaca que hay ayudas para planes de mejora e incorporación aunque sí pide menos burocracia. «Lo que hace falta es tener ganas y vocación», menciona como principales cuestiones para  poder arrancar.

La escasez de tierras se ha convertido en una de las grandes dificultades para aquellos que quieren acceder al sector. Como expresa Cristian Martínez, coordinador provincial de COAG, «un agricultor que se jubila y cobra 700 euros quizá es un problema, si cobrase 1.000 o 1.100 euros igual se lo pensaba más en vez de trabajar hasta los 80 años». Él tiene 27 años y habla de las complicaciones para encontrar terreno. «Un tractor se puede comprar, pero si no hay fincas...», afirma, para añadir que se encuentran con que muchos jóvenes quieren entrar a la actividad pero no se facilita ese relevo.

En esa misma línea, Susana Pardo, presidenta de UCCL, argumenta que cada vez se requieren explotaciones más grandes para obtener rentabilidad. Insiste también en que quienes se jubilan «no llegan al salario mínimo» y no les queda más remedio que continuar. Además, sobre la falta de terreno cita también las elevadas cantidades que se están pagando por instalar placas solares. «Por algo está protestando el sector», afirma, ante la crisis que se atraviesa actualmente. Y apunta al alto coste de la maquinaria, de las materias primas y a la inviabilidad de arrancar si no viene de familia como principales causas de la falta de la renovación.

A medida que aumenta la edad también crece de manera significativa la cifra de jefes de explotaciones. Así, si los que tienen menos de 45 años representan en su conjunto solo un 13%, los de entre 55 y 65 alcanzan el 30%, y los mayores de 65 llegan hasta el 36%. «Es un desastre, la administración permite que con 80 años alguien se monte en un tractor y más de un 70% de incorporaciones se hacen con la sombra del padre», protesta Gabriel Delgado, secretario general de UPA, que además lamenta que se den ayudas a aquellos que emplean la mitad de la jornada a trabajar en otro empleo e insiste en que «no se puede fomentar una agricultura a tiempo parcial» puesto que «obliga al abandono» de los profesionales.

Delgado pide medidas urgentes para que haya un relevo generacional. «¿Por qué alguien se jubila en una industria y luego va al sector agrario?», se pregunta. Cree que se debe cambiar este camino y resalta así la gran inversión que ha tiene que acometer alguien que decida empezar de cero. «Para meter cualquier vehículo, por ejemplo un tractor, ya son 200.000 euros», explica. Un «problema» al que se une el incremento «bestial» que están sufriendo este año en  gasóleo o fertilizantes. También manifiesta los grandes avances que ha tenido la agricultura en cuanto a tecnología se refiere, pero puntualiza que para poder aprovechar todas esas posibilidades también se debe avanzar en cuestiones como la fibra óptica en los pueblos o tener garantizados todos los servicios.

Otra de las posibles explicaciones que ofrece Esteban Martínez, de Asaja, sobre el hecho de que haya un elevado número de mayores es que «igual se concentran donde las explotaciones son bastante más productivas y de menor tamaño». De esta forma, explica que «si alguien cuenta con 50 hectáreas probablemente diga que puede tirar hasta los 70 o 75 años» y realizarlas con poco esfuerzo. Aunque, eso sí, reconoce que a pesar de que el sector se va renovando poco a poco «aún está envejecido». Anima a los jóvenes a tomar las riendas de la actividad familiar, aunque sí solicita que lleguen antes las ayudas puesto que cuando se hace una inversión la Junta concede un dinero pero tarda dos años en llegar y «realmente cuando te hace falta el dinero es cuando empiezas».

En cuanto a la presencia de mujeres en el sector como responsables de explotaciones agrarias son 2.793 y suponen un 23%. Susana Pardo cree que en los últimos años sí se está apostando más como un modo de «buscar una salida laboral en el medio rural» ante la falta de oportunidades de empleo. Eso sí, considera que en este momento ellas tienen más interés por las explotaciones ganaderas. «Sí se está viendo que empieza a cambiar la tendencia y las mujeres ahora empiezan a decir 'aquí estoy yo' dentro del sector», sentencia.